Eslovaquia toma el mando de la UE en el peor momento de su crisis

Adolfo Lorente BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

SAMUEL KUBANI | afp

Bratislava es una de las capitales rebeldes contra la política migratoria de Bruselas

01 jul 2016 . Actualizado a las 07:30 h.

Es un regalo envenenado que llega en el peor momento. Eslovaquia toma hoy las riendas de la presidencia rotatoria de la UE para afrontar un semestre político cargado de enormes complicaciones y que provocará muchísimas tensiones entre los Estados miembros. El problema estrella es gestionar el arranque del proceso de divorcio entre Europa y Reino Unido. Pero la crisis migratoria sigue muy presente y no hay que olvidar que Bratislava no es precisamente el mayor aliado de Bruselas a la hora de llevar a la práctica la solidaridad entre socios, así que el Gobierno de Bratislava deberá lidiar entre aquello que le pide el cuerpo y lo que está obligado a hacer, es decir, mantener una equidistancia diplomática y responsable en el marco de la UE.

El Ejecutivo comunitario en pleno con Jean-Claude Juncker a la cabeza fue recibido ayer por el presidente de la República, Andrej Kiska, y por el primer ministro, el socialdemócrata Robert Fico, antes de celebrar hoy un simbólico Colegio de Comisarios que dará el pistoletazo de salida a una presidencia que toma el relevo de Holanda. Juncker se mostró muy cordial (en las distancias cortas es invencible), dijo sentirse «muy feliz» de estar en Bratislava y ensalzó el carácter europeísta del país. Todo muy protocolario. Fico, por su parte, destacó que la UE es «un proyecto maravilloso» y que deben trabajar todos juntos para preservarlo combatiendo el auge de «extremismos y nacionalismos».

Antes, en un encuentro con los medios, admitió que se habían visto obligados a redefinir el programa de trabajo de este semestre por el brexit. Para muestra, la cumbre que el 16 de septiembre se celebrará en la capital eslovaca para que los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE sigan diseñando el futuro del club al margen de Londres. No entró en detalles pero sí lanzó varios mensajes. Llamó a la calma al asegurar que «no es una tragedia, sino una realidad», y advirtió de que no permitirán que la futura relación de Reino Unido con la UE o el futuro de la propia UE sea cocinado «entre dos o tres grandes países o los países fundadores», en referencia a las reuniones celebradas por Alemania, Francia, Italia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo. «Hay que contar con el bloque que se incorporó en 2004», dijo. Se trata de República Checa, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta y Polonia.

Más allá del tsunami británico, si por algo estará condicionada la presidencia eslovaca será por el capítulo migratorio. Hay grandes proyectos, como ratificar el futuro de Schengen o la propuesta de la Comisión de penalizar a los países que no quieran acoger asilados. No será nada fácil. Eslovaquia fue el primer Estado miembro en acudir al Tribunal de Justicia de la Unión para recurrir el acuerdo de las cuotas obligatorias para reubicar refugiados.