Hollande irá «hasta el final» para desmantelar La Jungla

Alexandra Fernández PARÍS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

DENIS CHARLET | AFP

Convierte la inmigración en una baza electoral ante la derecha

27 sep 2016 . Actualizado a las 01:21 h.

François Hollande confirmó ayer la intención del Gobierno francés de desmantelar antes de fin de año «completamente, definitivamente», el campamento de la Lande, conocido como La Jungla de Calais, donde aún malviven entre 6.500 y 10.000 inmigrantes según las fuentes, que esperan a cruzar al Reino Unido. El presidente se encuentra en visita oficial en la región norteña, donde la tensión entre locales y refugiados no cesa de aumentar. Durante su intervención, Hollande explicó que el desmantelamiento será una «una operación claramente excepcional porque nos encontramos ante una situación excepcional». El jefe de Estado hizo el anuncio ante las fuerzas del orden de la ciudad, recordando que desde el 2014 «el Ejecutivo no ha dejado de reforzar los efectivos».

El desplazamiento de Hollande, debido a la colocación de la primera piedra del muro, le ha servido para enviar un mensaje político a Calais y al resto de Francia: «el Gobierno irá hasta el final» para poner fin al asentamiento. «Los calasinos y calasinas han sufrido las consecuencias en su vida cotidiana y hacemos frente a una situación de seguridad difícil de vivir», añadió. El presidente ha querido también distanciarse de Nicolás Sarkozy, quien visitó la ciudad hace cinco días para prometer «arreglar el problema de La Jungla antes de finales de verano del 2017» si llega al Elíseo. «Quiero tomar la mayor distancia posible con respecto a una instrumentalización y una polémica que le da la espalda a los valores de la República», soltó Hollande.

La inmigración se ha convertido en el debate central de cara a las elecciones presidenciales. El Gobierno socialista, hasta ahora discreto en la materia, ha lanzado una ofensiva para promocionar y defender un polémico plan de reubicación de refugiados. La estrategia, diseñada por Bernard Cazeneuve, ministro del Interior, consiste en dispersar a los inmigrantes de Calais que sean candidatos al derecho de asilo en centros provisionales situados en todo el territorio francés.

La medida ha sido fuertemente criticada por la derecha, en especial por Los Republicanos, que consideran que tan solo provocará la proliferación de Mini-Calais a nivel nacional. Hollande ha querido mostrar con su visita que el Partido Socialista se mantiene firme en política de inmigración.

El presidente francés también aprovechó para recordar al Reino Unido su responsabilidad en la situación de inestabilidad del campo de refugiados. «Que el Reino Unido haya tomado una decisión soberana no le libera de sus obligaciones para con Francia», subrayó Hollande, haciendo referencia al brexit y a los acuerdos bilaterales de Touquet, firmados en el 2003, que sitúan la frontera británica en territorio galo. El jefe de Estado solicitó que sus vecinos «tomen parte en los esfuerzos humanitarios que Francia está llevando a cabo y que continuará mañana», cuando se determine la fecha del desmantelamiento de La Jungla.