Trump versus Maduro vía El Aissami

Julio Á. Fariñas A CORUÑA

INTERNACIONAL

MIGUEL GUTIERREZ | EFE

El huracán Trump lleva camino de provocar efectos devastadores en los restos del chavismo, cuando parecía que empezaba a levantar cabeza, después de que Nicolás Maduro sobreviviese los fallidos intentos de la oposición de desalojarlo de la presidencia de Venezuela por la vía institucional, un paso imprescindible para salir de la crisis galopante que azota al país caribeño

19 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas dos semanas después del traumático relevo en la presidencia de los Estados Unidos, la Oficina del Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC) hizo pública la inclusión de los ciudadanos venezolanos Tareck Zaidan El Aissami Maddah , y Samark José López Bello como «ciudadanos extranjeros con un papel significativo en el tráfico internacional de narcóticos».

La decisión adoptada al amparo de la Foreign Narcotics Kingpin Designation Act, dictada por el Congreso estadounidense en el año 1999, que ordena al poder ejecutivo «identificar e impedir que narcotraficantes extranjeros de gran relevancia, a empresas relacionadas con ellos y a sus colaboradores actuar en el sistema financiero de los Estados Unidos y cualquier transición financiera o comercial entre esto y ciudadanos o empresas estadounidenses".

Los afectados por esta decisión son nada menos que el recién nombrado vicepresidente de Venezuela y su presunto testaferro, un empresario venezolano que sería, según las autoridades norteamericanas el principal encargado de lavar las ganancias ilícitas de El Aissami en el sistema financiero estadounidense.

Chavista radical

El Aissami, un cuarentón andino de origen druso, que estudió derecho y se especializó en criminología en la Universidad de los Andes, donde tuvo como profesor a Adán Chávez, el hermano más político del fallecido Comandante, es uno de los mejores currículos del chavismo más radical. Desde hace un tiempo es la máxima expresión de la huida hacia adelante del madurismo que lidera la primera dama Cilia Flores y que, frente a la crisis, apuesta por radicalizar la revolución.

Algunos analistas habían visto en su nombramiento como vicepresidente un paso previo a una posible retirada de Maduro, forzada por la presión interna de los sectores del chavismo más moderados, que son los que más tienen que perder si la situación interna y externa se hacen insostenibles.

La llegada de Trump al despacho oval de la Casa Blanca puede haber dado al traste con su maquiavélica estrategia, aunque con un personaje tan singular como el ex conductor del metrobús de Caracas puede ocurrir de todo. De hecho intentó congraciarse con él, primero descalificando a Obama y luego diciendo que «no me sumo a las campañas de odio contra Donald Trump que hay en todo el mundo».

Republicanos y demócratas

La decisión adoptada por la nueva administración norteamericana llega después de que la semana pasada 34 legisladores estadounidenses republicanos y demócratas pidiesen por carta a Donald Trump que tomase medidas inmediatas para sancionar a los funcionarios del gobierno venezolano que están «beneficiandose» por las violaciones de derechos humanos en aquel país.

En la aludida carta firmada, entre otros por la congresista republicana Lileana Ros-Lehtinen, el senador Marco Rubio y el demócrata Bob Menéndez, se decía que «el nombramiento de El Aissimi como vicepresidente lo pone en fila para convertirse en el próximo líder de Venezuela, lo cual es extremadamente preocupante, dados sus demostrados vínculos con el narcotráfico y las organizaciones terroristas».

Apenas unos días antes de que Tareck pasase a engrosar la lista negra de la que ya forman parte otros altos cargos venezolanos, la mayoría militares, como Henry Rangel Silva, ex director de la Disip, Hugo Carvajal, ex director de la Dirección de Inteligencia Militar y al ex ministro Ramón Rodríguez Chacín, el canal CNN en español se hacía eco de una investigación sobre un viejo tema: la supuesta red de venta de pasaportes venezolanos a ciudadanos de países de Oriente Medio a cambio de elevadas sumas de dinero. En la misma se le imputa al ahora vicepresidente el haber ordenado la emisión de 173 pasaportes entre los años 2008 y 2012, periodo en el que ocupaba la cartera de Interior y Justicia. Debió de dar en el clavo porque a partir del día siguiente se prohibió la difusión de ese canal en Venezuela, a pesar de los impagables servicios prestados al chavismo en el golpe o seudo golpe de estado del 11 de abril de 2002.

La decisión de la OFAC, según algunos analistas, también aumentará en alguna medida el progresivo aislamiento del gobierno venezolano en América Latina, donde una buena parte de sus gobiernos colabora con Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, no queda claro si afectará sus relaciones con países como China, con quien el gobierno recientemente firmó 22 acuerdos que buscan impulsar la economía venezolana.

Sirio-libanés

El Aissami, hijo de un padre militante de izquierdas en una familia sirio-libanesa afincada en el estado andino de Mérida, que lucía con orgullo la bufanda palestina en su etapa estudiantil, casualidades o tal vez no tanto, inició su dilatada carrera política en el año 2003 como jefe de la Misión Identidad, que era la encargada de la emisión de los pasaportes y demás documentos personales.

Chávez le acogió entre sus más allegados funcionarios y le nombró ministro de Interior, cargo desde el que exhibió, en transmisiones televisadas, a más de 70 presuntos narcotraficantes que fueron capturados en el territorio venezolano durante su gestión, como fue el caso de los colombianos Diego Pérez Henao y Maximiliano Bonilla.

A finales del año 2011 El Aissami, sin inmutarse lo más mínimo acusó a la agencia antidrogas estadounidense (DEA) de«estar al servicio del narcotráfico», al tiempo que presumía de que su país -calificado por distintos servicios antidroga extranjeros como la principal puerta de salida de la coca colombiana hacía los distintos mercados- ha «duplicado» las incautaciones de narcóticos.

Según el comunicado oficial emitido por el Departamento del Tesoro El Aissami «facilitó los envíos de narcóticos desde Venezuela incluyendo el control de los aviones que salen de una base aérea venezolana y los envíos de narcóticos de más de 1.000 kilos desde Venezuela en múltiples ocasiones, incluyendo los que tienen destinos finales  México y Estados Unidos».

El comunicado añade que «El Aissami está vinculado a la coordinación de envíos de drogas al violento cartel mexicano de Los Zetas y brindó protección a un narcotraficante colombiano».

La normativa legal que acaba de aplicar el Departamento del Tesoro al vicepresidente de Venezuela se estrenó en el año 2001 con el Chapo Guzmán.

El testaferro

Samark José López Bello, empresario venezolano, su presunto testaferro, parece que fue el hilo que llevó a los investigadores de la OFAC hasta Tareck El Aissami ya que utilizaba el sistema financiero estadounidense para su lavado de dinero. Al parecer le delataron los movimientos bancarios.

Las pesquisas de los agentes del Departamento del Tesoro apuntan a que este economista nacido en una familia modesta de Tucupita, en el oriente del país, acumula una fortuna mil millonaria. Se mueve en avión privado, un Gulfstream 200 que tiene un valor en el mercado superior a los 15 millones de euros. Le atribuyen al menos una docena de empresas petroleras, de distribución, de ingeniería, de telecomunicaciones y de sociedades off shore, vinculadas con el narcotráfico. Algunas de ellas son: Alfa One, C.A. (Venezuela), Grupo Sahect, C.A. (Venezuela), MFAA Holdings Limited (Islas Vírgenes),Yakima Oil Trading, LLP (Reino Unido), Yakima Trading Corporation (Panamá), Profit Corporation, C.A. (Venezuela) y Servicios Tecnológicos Industriales, C.A. (Venezuela), SMT Tecnología, C.A. (Venezuela). Las dos últimas tienen contratos con el gobierno venezolano. Entre 2009 y 2010, la empresa Grupo Sahect C.A. prestó servicios de almacenamiento y transporte a la entidad gubernamental venezolana Productora y Distribuidora de Alimentos, S.A. (PDVAL).

Las investigaciones del Departamento del Tesoro de EE.UU, según el diario venezolano El Carabobeño, también señalan al presunto testaferro del vicepresidente como suministrador de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) a través de la empresa Postard Intertrade Limiited. Según denunció el diputado Carlos Peparoni, compra alimentos en México por los que paga ocho dólares y los factura a los Clap a 35. 

Postard Intertrade Limited fue fundada en 2013 por López para proporcionar viviendas de bajo costo en Venezuela. Posteriormente, estableció relaciones internacionales con marcas conocidas de Estados Unidos y la Unión Europea, como Home Depot, Graybar y otras empresas de suministro de edificios.

A pesar de ser una compañía encargada de las compras para los Clap, no aparece en el Registro Nacional de Contratistas (RNC), que es un requisito indispensable para poder hacer negocios con cualquier ente oficial.

El pasado 10 de febrero, 11.600 toneladas de comida, identificadas como «kit de alimentos», arribaron en el buque San Antonio a Puerto Cabello. La mercancía, repartida en 633 contenedores, tuvo como embarcador a Postard Intertrade Limited y la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (Casa) como el ente consignatario.

Entre los bienes y propiedades incautadas al vicepresidente Tareck El Aissami y su presunto testaferro Samark López destacan dos apartamentos ubicados en un lujoso urbanización en Miami que estarían valorados en 4.171.162 dólares cada uno.

Según fuentes del Departamento del Tesoro citadas por CNN, las sanciones emitidas son solo un avance en las averiguaciones sobre esta aparente estructura ilícita, ya que habría otras personas bajo investigación por la misma causa.