Merkel comienza a moverse ante el efecto Schulz

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

FELIPE TRUEBA | Efe

La canciller nombra a un nuevo director de campaña, en medio de las presiones para que pase a la ofensiva

23 mar 2017 . Actualizado a las 08:28 h.

Ella, nacida en el seno de una familia protestante en el este de Alemania. Él, de padres católicos y del oeste. Ella, doctorada en Física. Él, exlibrero de profesión sin estudios universitarios. Ella, la razón. Él, el sentimiento. A seis meses de las elecciones generales alemanas cuesta imaginar un duelo con dos personalidades tan opuestas como las de Angela Merkel y Martin Schulz. Sin embargo, a día de hoy los líderes de la CDU y el SPD tienen algo en común: su falta de estrategia.

«No pronunciaré un discurso programático definitivo», dijo el expresidente del Parlamento Europeo el domingo antes de ser designado jefe del SPD con el 100 % de los votos. Schulz habló de conceptos como justicia social, garantía de las pensiones o igualdad de salarios, pero ni siquiera sugirió cómo pretende conseguirlo. Hasta la fecha, el exalcohólico confeso solo ha manifestado su intención de reformar la polémica Agenda 2010, y los expertos le auguran un varapalo en cuanto defina sus propuestas en materia migratoria o de seguridad.

Con todo, su lenguaje directo y el hecho de que represente el cambio en un país que lo pide a gritos, están surtiendo efecto. Desde su desembarco en la política alemana, míster Europa ha resucitado al SPD, que hasta enero no llegaba ni al 20 % de intención de voto y hoy presume de superar a la CDU de Merkel en varios sondeos. Una tendencia que pone nerviosos a los diputados conservadores, que en vez de cerrar filas lanzan dardos a su contrincante, al tiempo que redoblan la presión sobre la dama de hierro, a la que exigen que pase a la ofensiva.

Cambio de rumbo

Por su parte, Merkel acaba de demostrar que se toma en serio el auge socialista y la popularidad de Schulz, al nombrar a Joachim Koschnicke, jefe del lobby de Opel desde el 2013 y antiguo representante del instituto demoscópico Forsa, como su nuevo director de campaña. Un fichaje con el que la jefa de la CDU también deja en evidencia que no puede confiar solo en su secretario general, Peter Tauber, para luchar por las elecciones del 24 de septiembre, que se perfilan como las más duras de su vida.

«Está claro que a nadie lo eligen por los logros del pasado, tenemos que plantearnos cómo queremos que sea Alemania a mediados de la próxima década», defendió recientemente Merkel. Pese a estar agotada por asuntos internacionales como la relación con EE.UU. o Turquía, la canciller sabe que, si quiere un cuarto mandato, ya no le basta con su tono ambivalente y conciliador. Al contrario, la líder de la CDU necesita sacar tiempo y fuerzas para fijar su propia agenda cuanto antes, en lugar de esperar a que el SPD marque el rumbo.