El Ojo de Londres

INTERNACIONAL

Para alguien decidido a cometer un acto criminal como el de este miércoles, el escenario del atentado era un objetivo fácil

23 mar 2017 . Actualizado a las 08:59 h.

Aunque sería difícil encontrar un lugar en el centro de Londres que no tenga una gran significación o no resulte icónico, el puente de Westminster, el escenario del atentado de este miércoles, es un lugar especial. En la orilla sur del puente, en Lambeth, se encuentra el London Eye, el Ojo de Londres, la gigantesca noria que lleva a los turistas a 135 metros de altura para que contemplen una panorámica impresionante de toda la ciudad. El puente fue durante años el punto de llegada del maratón de Londres y está siempre lleno de peatones. Del otro lado, en la orilla norte, se alzan el Parlamento, el Big Ben, la abadía de Westminster... La residencia del primer ministro, Downing Street, y la sede central de Scotland Yard están a unos pocos pasos.

Para alguien decidido a cometer un acto criminal como el de este miércoles era un objetivo fácil. El puente está abierto al tráfico pero tiene aceras muy anchas y bajas, siempre llenas de paseantes y grupos de turistas y de escolares. La Westminster Bridge Road, que desemboca en el puente en forma de pequeña recta, le permitió al terrorista acelerar para causar el mayor daño posible. Y aunque su plan de entrar en el edificio del Parlamento armado con dos cuchillos era descabellado, antes de ser abatido logró completar su masacre matando a un policía que guardaba la entrada.

Este miércoles quedaban detalles importantes por aclarar, pero todo apuntaba a que una vez más estamos ante un terrorista sin entrenamiento especializado ni medios, posiblemente un fanático radicalizado en Internet. En el 2015 ya hubo un apuñalamiento de inspiración yihadista en una estación de metro de Londres, con varios heridos. Dos años antes había tenido lugar el horrendo asesinato y decapitación del soldado Lee Rigby. Como se ha explicado muchas veces, son ataques casi imposibles de prever y muy difíciles de neutralizar.

Información de primera mano

Y, sin embargo, en comparación con Francia, Bélgica o Alemania, Gran Bretaña ha sufrido, relativamente, pocos ataques yihadistas. Esto suele atribuirse a la profunda reestructuración de los servicios de seguridad que siguió a los atentados del metro del 2005 y al hecho de que en Gran Bretaña sea especialmente difícil hacerse con armas de fuego. Pero muchos piensan que la clave está en Siria. Se cree que el MI6 británico (el espionaje exterior) ha podido infiltrarse en la cúpula del autodenominado Estado Islámico aprovechando el flujo de musulmanes británicos que viajan allí para luchar como voluntarios. El resultado es que, tan solo desde el año 2013, se ha logrado evitar al menos doce atentados catastróficos.

La otra cara de la moneda es que el número de tentativas no deja de aumentar. En ese mismo período de cuatro años, los casos de terrorismo islamista en Gran Bretaña se han triplicado. Inevitablemente, algún terrorista todavía logrará su propósito alguna vez. Es lo que sucedió este miércoles, en la cara misma de la soberanía popular, en la ciudad que hace menos de un año no tuvo ningún prejuicio en elegir un alcalde musulmán; y a la vista del Ojo de Londres, que con su enorme pupila de acero carbonado tuvo que contemplar este nuevo crimen.