Trump amenaza con una reforma fiscal tras no lograr derogar el Obamacare

ADRIANA REY NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MANDEL NGAN | afp

«La reforma sanitaria explotará y luego haremos una mejor», dijo tras recibir el varapalo de los propios republicanos

26 mar 2017 . Actualizado a las 16:31 h.

«La reforma sanitaria de Obama explotará y entonces haremos entre todos una mejor para el pueblo ¡No os preocupéis!». Así amaneció Donald Trump ayer, todavía con la resaca de su peor golpe legislativo contra la que era una de sus grandes promesas de campaña. Su plan para desmantelar el Obamacare no solo no salió adelante, sino que fue bloqueado desde dentro y doblegado por los ultraconservadores del Freedom Caucus, que ahora podrían ser además los artífices del comienzo de una guerra civil republicana que pondría en entredicho, todavía más, la autoridad del presidente.

Pero Trump no fue el único herido en esta batalla. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, demostró no tener suficiente pulso para convencer a los congresistas y ahora el liderazgo del tercer hombre más poderoso del país está en el alero.

Tras el sonoro fracaso, la nueva Administración ha virado su rumbo y ahora su viaje avanzará hacia la reforma fiscal. «Siempre me ha gustado», confirmó el presidente desde el despacho oval. De hecho, fuentes del entorno del mandatario desvelaron que el neoyorquino siempre quiso abordar la reforma tributaria mucho antes que la sanitaria. Sin embargo, fueron el vicepresidente, Mike Pence, el jefe de la Cámara de Representantes y el jefe de Gabinete, Reince Priebus, quienes convencieron a Trump de atacar primero el Obamacare. Es más, varios miembros de la Administración ya tenían las bases del plan fiscal asentadas, incluso antes del revés parlamentario. «El sector sanitario es un asunto muy complicado. Hasta cierto punto, la reforma fiscal es bastante más simple», dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, cuyo propósito es alcanzar su aprobación legislativa en agosto, aunque si el plazo se demora, podrían esperar a conseguir el visto bueno el próximo otoño.

Pese a todo, la idea no cuenta con el respaldo unánime del empresariado ni tampoco de un partido profundamente dividido, como ya se ha evidenciado a lo largo de esta semana. Tanto es así que el presidente del Comité de Impuestos de la Cámara de Representantes, Kevin Brady, reconoció que el batacazo de la reforma sanitaria podría complicar el intento de sacar adelante el plan fiscal.

Audiencia cancelada

El ambiente también está caldeado en otro de los órganos más mentados en los últimos meses. Se trata del Comité de Inteligencia del Congreso, en el punto de mira últimamente por la supuesta parcialidad de su presidente, el republicano David Nunes. Unilateralmente, Nunes ha cancelado la audiencia pública prevista para el próximo martes sobre la supuesta injerencia rusa en las pasadas elecciones. En la sesión iban a participar voces tan importantes como el exjefe de Inteligencia Nacional James Clapper y el exdirector de la CIA John Brennan. La decisión ha enfurecido a los demócratas que acusaron a Nunes de cortar el acceso público a la información.