Bruselas reprocha a los Gobiernos su indiferencia hacia los refugiados

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Dimitris Avramopoulos, comisario de Migración
Dimitris Avramopoulos, comisario de Migración JANEK SKARZYNSKI | afp

Austria no acepta a más asilados porque es uno de los que «más carga ha asumido» y abre la caja de los truenos al asegurar que la migración «tiene una gran influencia» sobre la escalada de la amenaza terrorista

28 mar 2017 . Actualizado a las 07:33 h.

«Voy a ser claro: no más excusas», exigió el comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos, antes y después de la reunión que mantuvo ayer en Bruselas con los ministros del Interior de la UE. El griego está desesperado por la falta de voluntad de los Gobiernos europeos para ayudar a Grecia e Italia con las reubicaciones de 160.000 refugiados. El plan caduca en septiembre y todavía no se ha llegado a trasladar ni siquiera a 15.000 personas a pesar de que hay 20.000 refugiados en territorio heleno y 6.000 en suelo italiano listos para partir hacia otro país miembro. Nadie los quiere. Y no solo eso. Hay países, como Polonia y Hungría, que se han rebelado contra el plan de cuotas acordado por el Consejo Europeo. No han acogido ni a un solo asilado y ni siquiera Bruselas se ha atrevido a emprender acciones legales por ello. Esperará a septiembre. 

¿Qué pasa con España? El Gobierno no pierde la oportunidad de lanzar soflamas a favor  de una mayor solidaridad en cada cita europea, pero las cifras sacan los colores a un Ejecutivo que ha demostrado no estar por la labor de arrimar el hombro. De las 8.445 plazas que tiene disponibles (su cuota es de 14.931), España solo ha abierto sus puertas a 878 personas. «Cumpliremos con las obligaciones», prometió ayer el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, quien trató de blanquear las estadísticas aludiendo a un supuesto incremento del 200 % de las demandas de asilo: «Antes para España no eran un problema, ahora sí lo están siendo», aseguró el andaluz obviando que el país es uno de los que menos demandas de protección recibe de la Unión Europea (1,3% del total) y que un cuarto proceden de Venezuela

Aunque Italia y Grecia son los países que, por estar en primera línea de llegada, más problemas tienen para gestionar los flujos migratorios, países como Austria han dicho basta. Viena anunció ayer a través de su ministro de Defensa, Hans-Peter Doskozil, que no seguirán colaborando con el programa de reubicaciones desde esos dos países mediterráneos: «Austria ya hizo una contribución humanitaria suficiente», aseguró el socialdemócrata. El país centroeuropeo debe alcanzar su cuota de 1.491 refugiados, una cifra que el Gobierno no está dispuesto a aceptar después de conceder en el 2015 un total de 90.000 permisos de asilo. En el 2016 ascendieron a 30.000. «Somos de los países que más carga han asumido», defendió Doskozil. El ministro del Interior, Wolfgang Sobotka, respaldó ayer en Bruselas a su compañero de coalición y abrió la caja de los truenos al asegurar tras un largo silencio que la migración «tiene una gran influencia» sobre la escalada de la amenaza terrorista. Avramopoulos tuvo que poner tierra de por medio: «Terrorismo y migración no están relacionados, en contra de lo que dicen algunas voces en Europa».