Caos y vértigo en los 100 días de Trump

ADRIANA REY NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Olivier Douliery | EFE

El presidente cae en valoración pública, pero mantiene el apoyo de muchos de sus votantes

28 abr 2017 . Actualizado a las 08:27 h.

Caos, vértigo y polémicas de todo tipo. En esos tres conceptos se podrían resumir los primeros 100 días de mandato de Donald Trump en la Casa Blanca. El neoyorquino llega mañana a esa frontera y los análisis sobre su gestión no son demasiado benevolentes, mientras sigue descubriendo el poder entre el desorden de su equipo y las protestas callejeras de quienes se oponen a sus propuestas ultraconsevadoras. Trump mantiene el apoyo de sus bases, pero ya es el presidente más impopular en la historia moderna del país. Apenas un 37 % de los votantes aprueban su gestión al frente de la primera potencia mundial.

¿Cuáles son sus éxitos?

El gran éxito ha sido la confirmación del juez Neil Gorsuch en el Tribunal Supremo. Pero es una victoria descafeinada, porque los republicanos tuvieron que esquivar las reglas de la Cámara alta activando la opción nuclear, Trump consiguió inclinar la balanza del lado conservador. Otra promesa cumplida fue el abandono formal del TPP, un ambicioso acuerdo comercial entre EE. UU. y 11 países del Pacífico, aunque ya estuviese casi muerto después de unas elecciones en la que ambos candidatos dijeron que se retirarían. Pese a sus ansias proteccionistas, ayer dio una muestra de pragmatismo al renunciar a derogar el acuerdo de libre comercio con Canadá y México. El aumento del gasto militar y el ataque con misiles contra Siria para castigar el uso de armas químicas fueron una demostración de liderazgo bien acogida por los estadounidenses.

¿Y sus fracasos?

La luna de miel de la que suelen disfrutar los presidentes con el Congreso brilló por su ausencia par a Trump. El legislativo no quiso apoyarlo en temas clave como el desmantelamiento del Obamacare. A pesar de la actual mayoría republicana en las dos Cámaras, Trump fue incapaz de ponerlo de acuerdo a todos y los ultraconservadores boicotearon su promesa estrella. Es la misma falta de consenso para conseguir fondos para el muro con México, ya que el Congreso rechazó aprobar su financiación y frenó la promesa.

La política migratoria, precisamente, ha sido donde el presidente ha cosechado más fracasos. Trump recibió tres reveses judiciales que bloquearon dos veces su veto a la inmigración de ciudadanos de seis países musulmanes y su amenaza de retirada de financiación federal a las ciudades santuario si estas no facilitaban información de los simpapeles a las autoridades.

La lista de fracasos se completa con su compromiso de «drenar el pantano». Trump no solo no ha liberado a Washington de las élites sino que estas se han asentado, conformando un Gobierno de multimillonarios que contrasta con los problemas financieros de los votantes que le encumbraron al poder.

¿Cuáles han sido sus renuncias más sonadas?

Con Trump, los cambios de posición se han asentado en EE. UU. Se han visto, por ejemplo, con China: «China no manipula su moneda», dijo después de repetir lo contrario durante meses. Ahora, el mandatario prefiere a Pekín cerca para que le ayude a resolver el problema con Corea del Norte. Los bandazos también los sufrieron la OTAN y Rusia. De la primera, el republicano asegura ahora que «ya no está obsoleta» y con la segunda la relación está en sus peores momentos tras el bombardeo contra el régimen de Bachar Al Asad, protegido de Putin.

¿Qué sombras sigue sin aclarar Trump?

De nuevo, Rusia. Los vínculos entre la campaña de Trump y el Kremlin son objeto de investigaciones por parte del FBI y las dos Cámaras. Dichos lazos le costaron la dimisión como exasesor de Seguridad Nacional a Michael Flynn y obligaron al fiscal general, Jeff Sessions, a inhibirse de cualquier investigación al respecto. Otros exasesores como Carter Page o el exjefe de campaña de Trump, Paul Manafort, están en el punto de mira por sus contactos con espías rusos. Pero si algo puede hacer daño a Trump es la comunicación que su yerno Jared Kushner mantuvo con el embajador ruso en Washington, por la cual testificará ante el Senado.

Además, Kushner y su mujer Ivanka entran en las sospechas de nepotismo que ahogan a una Casa Blanca en la que ambos tienen pleno acceso a cualquier reunión del ala oeste. Los conflictos de intereses tampoco abandonan a un presidente que ha pasado siete de los 13 fines de semana en Mar-a-Lago, su residencia de lujo en Palm Beach, que ahora se beneficia de las estancias del neoyorquino duplicando sus ingresos.

¿Han influido las guerras internas en la gestión?

Por supuesto. La imagen de dos facciones enfrentadas capitaneadas por Kushner y el jefe de Estrategia, Steve Bannon, colmaron la paciencia del mandatario, cansado de que le robasen el protagonismo. Trump ordenó a ambas partes que lo solucionasen, consciente de que el caos filtrado solo debilitaba a la nueva Administración. Los problemas desgastaron la confianza del neoyorquino en el exdirector de Breitbart News y lo sacó del Consejo de Seguridad.

¿Ha moderado su tono como presidente?

Muy poco. Trump sigue conservando ese inconfundible sello que lo acerca más a un presentador de reality que a presidente. Sus tuits en estos 100 días han demostrado que no muestra interés alguno por seguir los cauces protocolarios. Sus constantes amenazas en la red social enfadaron sobremanera al líder mexicano, Enrique Peña Nieto, quien canceló su visita a Washington. Trump además colgó el teléfono al primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, y se negó a dar la mano a la canciller alemana, Angela Merkel.

¿Qué han hecho los demócratas en este tiempo?

A pesar de ser minoría, han conseguido bloquear decenas de nominaciones que hacen que importantes cargos de la nueva Administración no estén cubiertos ni al 50 %. De 554 nombramientos que requieren de la aprobación del Senado, solo 37 han sido confirmados hasta el momento. Además, han encabezado protestas masivas contra la negativa del presidente a publicar sus impuestos y le han acusado de traicionar a la clase media con una propuesta de reforma fiscal que reduce la carga impositiva a los ricos.