La oposición de Venezuela denuncia disturbios violentos que no convoca

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

CARLOS BECERRA | Afp

Con la muerte de otros dos jóvenes son más de 50 las víctimas de las protestas

23 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Venezuela amaneció este lunes con decenas de cierres viales y centenares de allanamientos sin orden judicial a residencias situadas en las zonas donde hubo manifestaciones en las semanas recientes. En las protestas fue asesinado Yorman Bervecia, de 19 años, en Barinas, a 600 kilómetros al sur de la capital. Tanto él como Alejandro Aguilar, de 22, muerto el fin de semana en Trujillo, a 500 kilómetros al occidente de Caracas, se convierten en las víctimas 50 y 51 en casi dos meses de manifestaciones contra el Gobierno de Maduro.

Protestas y disturbios, con decenas de autobuses quemados en el sur del país, se produjeron a pesar del rechazo de la Mesa de la Unidad Democrática a los llamados «trancones». La única actividad convocada por la oposición este lunes, la marcha de la salud, con médicos y pacientes, en todos los estados del país, fue igualmente reprimida con dureza por la Guardia Nacional. Mientras tanto, en Caracas, estudiantes de bachillerato de diversos liceos cerraron avenidas del centro de la ciudad gritando «no nos da la gana, una dictadura como la cubana». No fueron reprimidos por las fuerzas del orden.

Bervecia, también liceísta, fue asesinado de un tiro cuando protestaba en la capital del estado Barinas. Según el diputado opositor, Freddy Superlano, fue la Guardia Nacional la que le disparó. Aguilar recibió un tiro en la cabeza en una manifestación en Valera el sábado, y falleció el domingo en la noche. La oposición asegura que fueron los paramilitares los que le dispararon.

El ambiente de tensión en Venezuela crece. La capital está fuertemente militarizada, hay decenas de vías cerradas por encapuchados que en muchos casos son acusados de obrar en favor del Gobierno. Comisiones de la policía política y la Dirección de Inteligencia Militar han allanado decenas de edificios buscando a los llamados «jóvenes de la resistencia», no solo en Caracas, sino en Los Teques y San Antonio, dos de las ciudades dormitorio más importantes de la capital.

El dirigente opositor Henrique Capriles señaló no saber quiénes se encuentran detrás de estos cierres viales. Acusó al Gobierno de estar fomentando el caos para posteriormente justificar sus actos de represión. En tanto, el alcalde del municipio Los Salias, cuya capital es San Antonio, señaló que en los allanamientos fue herido un joven, que se encuentra muy grave y que, según Maduro, fue atacado porque sus agresores lo creyeron chavista. José Fernández señaló también que el caos que están generando las fuerzas policiales en la zona busca generar una reacción de la que posteriormente se les pueda culpar tanto a él como a Capriles para así justificar que también los metan presos.

Las autoridades no han tenido contemplaciones siquiera con la manifestación de médicos que pretendía llegar al ministerio de la Salud, en el centro de Caracas, para reclamar que doten a los hospitales públicos de insumos y medicinas. Según el Ministerio Público, que está llevando la investigación de 38 de los homicidios cometidos hasta ahora en el marco de las protestas, en 33 de los casos están involucrados cuerpos de seguridad; en 23, la Guardia Nacional, y en cuatro la Policía Nacional, los organismos encargados del control de las protestas.

Alarma ante el intento de cambiar la Constitución sin voto popular

El jefe de la Comisión Presidencial para la Asamblea Nacional Constituyente, el ministro de Educación Elías Jaua, afirmó, al presentar un informe de sus dos primeras semanas de actuación, que «dependerá de la Asamblea Constituyente si la nueva Constitución se vota o no», afirmando que «la Constitución actual no lo establece». La declaración eleva aún más la alarma sobre las intenciones del Gobierno, toda vez que la Constitución actual, aprobada en 1999 con el voto popular, fue refrendada en 2007, cuando Hugo Chávez intentó modificarla, y también en un referendo, el no ganó, aunque con escaso margen. Chávez acató la decisión, aunque posteriormente, por la vía de decretos, aplicó buena parte de su contenido socialista; en 2009 solicitó una enmienda que le permitiera la reelección definitiva de los cargos de elección popular, y en esta venció.

La oposición afirma que la única intención de Maduro con la Constituyente es sustituir la elección popular por un sistema de segundo grado. A esta inquietud se sumó la fiscal general de la República, Luisa Ortega, afirmando que la Constitución de 1999 es «inmejorable». Para Jaua, la opinión de Ortega «es una opinión política, y la tomamos como una opinión más».

Ortega es miembro del Consejo Moral Repúblicano, que integra con el contralor Manuel Galindo y el defensor del Pueblo, Tarek Saab. Estos dos funcionarios, sin la presencia de la fiscal, mostraron su apoyo a la Constituyente. En la declaración, Saab afirmó que «la Constituyente garantiza la participación de todos los sectores», esquivando el polémico punto de la elección de los miembros, que es corporativa y en la que el chavismo tiene todas las de ganar, a pesar de ser minoría en el país. El 85% de los venezolanos consideran que Maduro debe dejar el poder en 2017», según la encuesta IVAD de abril.

Caracas recurre de nuevo a la tensión verbal con Colombia

Las unidades militares de Colombia apostadas cerca de la frontera con Venezuela realizan tareas de vigilancia desde el 2015 en cumplimiento de acuerdos bilaterales con Venezuela. Es la respuesta que se vio obligado a dar ayer el Gobierno colombiano en respuesta al Ministerio de Relaciones Exteriores del vecino país, que horas antes había denunciado la presencia de vehículos blindados «de combate» en la zona fronteriza con Colombia, específicamente en Paraguachón, y señalado que tal hecho suponía una «insólita e inadmisible provocación ejecutada». El chavismo pone a Colombia en el punto de mira de forma recurrente para dar a entender de que existe un plan para desestabilizar al régimen.