La pelea con los escoltas de Erdogan enfrenta a Ankara y Washington

Patricia Alonso ESTAMBUL / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

STRINGER | Reuters

Comienza el juicio contra los presuntos autores del golpe

23 may 2017 . Actualizado a las 07:13 h.

La paliza de los escoltas del presidente Recep Tayyip Erdogan a opositores kurdos durante su visita a Washington la semana pasada ha terminado por abrir un incidente diplomático. Turquía convocó ayer al embajador de Estados Unidos en Ankara para protestar por lo que considera una «actitud agresiva y poco profesional» del personal de seguridad estadounidense hacia los guardaespaldas de Erdogan para presentarle una queja.

La policía de EE.UU. trató de frenar a los guardaespaldas del presidente después de que estos comenzaran a pegar puñetazos y patadas a los concentrados frente a la embajada turca. Once personas resultaron heridas, incluidos dos agentes, y varios miembros de la seguridad de Erdogan fueron detenidos.

Washington expresó su condena y apuntó que «la violencia nunca es una respuesta apropiada a la libre expresión». Este fin de semana, el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, tildó de «inaceptables» los disturbios y confirmó que habían presentado una queja formal al embajador turco. El senador republicano John McCain llegó incluso a decir que el embajador en Washington debería ser expulsado. Turquía defiende que los protestantes eran simpatizantes del grupo terrorista PKK.

Otros episodios

No es la primera vez que sucede algo así en Washington. El año pasado, la violencia del personal de seguridad turco hizo acto de presencia durante una visita de Erdogan a una cumbre sobre energía nuclear. El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, solicitó a Estados Unidos una investigación sobre lo sucedido. Según la web del ministerio, los «fallos de seguridad» causados por la «incapacidad de las autoridades estadounidenses» para tomar precauciones no ensombrecerán la importante visita.

A pesar del interés de Turquía por mejorar sus relaciones desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, Ankara y Washington siguen sin ponerse de acuerdo en dos puntos clave: la guerra en Siria y la extradición del clérigo exiliado en EE.UU. Fetullah Gülen, acusado de ser ele cerebro del fallido golpe de Estado.

Precisamente, ayer comenzó el juicio contra 221 sospechosos de participar en la asonada en una prisión de Ankara, ante la cual decenas de manifestantes pedían la pena de muerte en las calles.

Los sospechosos están acusados de «matar a 250 ciudadanos», «herir a 2.735 ciudadanos», «intentar asesinar al presidente» e «intentar abolir el Gobierno turco con el uso de la violencia» entre otros cargos. Desde el 15 de julio, cerca de 50.000 personas han sido arrestadas en relación al golpe y cientos de miles han perdido sus puestos de trabajo, incluyendo académicos, jueces y periodistas.