Trump envía un destructor a aguas que reclama China

Sara Romero estella PEKIN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

OLIVIER HOSLET | Efe

El portavoz del ministerio de Exteriores chino confirmó la incursión que, según dijo, «socava la soberanía y la seguridad de China»

26 may 2017 . Actualizado a las 07:28 h.

Uno de los puntos geoestratégicos que seguirán marcando el rumbo de las relaciones bilaterales entre Pekín y Washington es el mar del sur de China y de momento ya han vivido su primer encontronazo. La incursión de un buque de guerra estadounidense cerca de una de las islas artificiales construidas por China ha irritado al Gobierno comunista. Como era de esperar, su ministerio de Defensa condenó esa «exhibición de músculo» que perjudica «la estabilidad» de la región.

El destructor USS Dewey navegó el miércoles a menos de 20 kilómetros del arrecife de coral Mischief, que forma parte de la cadena de islas Spratly. Aunque el portavoz del Pentágono no confirmó que esta incursión hubiera tenido lugar, sí defendió el derecho de su país a navegar en esas aguas. «Las fuerzas de EE.UU. operan diariamente en la región de Asia Pacífico, incluyendo el mar del sur de China. Todas estas operaciones se llevan a cabo de acuerdo con la ley internacional», aseguró.

El portavoz del ministerio de Exteriores chino, Lu Kang, confirmó la incursión que, según dijo, «socava la soberanía y la seguridad de China». Kang afirmó que las diferencias entre los diferentes países con aguas en disputas en el mar del sur están evolucionando favorablemente y que las incursiones de Washington solo causan «graves trastornos en ese proceso de diálogo y consultas». En otra comparecencia casi simultánea, el portavoz de Defensa, Ren Guoqiang, aseguró que han presentado una protesta formal ante EE.UU. y advirtió que, si continúan estas «exhibiciones de músculo», China «ampliará su capacidad militar».

El incidente se produce justo cuando las relaciones entre ambas potencias han iniciado un tímido acercamiento tras varios desencuentros con la llegada de Trump a la Casa Blanca. China se atribuye la soberanía de casi el 90% de unas aguas que también reclaman Filipinas, Vietnam, Brunéi, Malasia y Taiwán.