Un Parlamento colgado y muchos derrotados: las elecciones británicas en cinco claves

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PAUL CHILDS | REUTERS
PAUL CHILDS | REUTERS

El veredicto de las urnas coloca a Theresa May en una posición muy difícil, debilita al independentismo escocés, refuerza a Corbyn como líder laborista y abre un escenario de incertidumbre en la negociación del «brexit»

09 jun 2017 . Actualizado a las 17:46 h.

Los británicos han votado. Estas son las principales conclusiones del veredicto de las urnas. 

1. Fracaso de Theresa May.

La primera ministra británica heredó el cargo de David Cameron tras el tsunami político que fue el brexit, hace algo menos de un año. Tenía un cómodo respaldo en Westminster, pero decidió, con el respaldo favorable de las encuestas, disolver el Parlamento y convocar elecciones para reforzarse y poder negociar la salida de la UE con autoridad. Se desinfló durante la precampaña y la campaña, víctima de sus errores y de las mentiras y contradicciones de aquel referendo.
May quería un «mandato», pero cosechó un revés; perdió la mayoría absoluta. Podrá formar Gobierno en coalición con los unionistas del Ulster, pero son muchos, dentro y fuera de su partido, que le piden que dimita. Se avecina una tormenta tory. Y los laboristas, que por primera vez en muchos años se han llevado una alegría, prometen dar guerra.

2. La resurrección de los laboristas

Jeremy Corbyn era un candidato accidental, muy discutido dentro de su partido, el laborista, que atravesaba una larga travesía en el desierto tras el paso de Tony Blair y Gordon Brown como primeros ministros por el número 10 de Downing Street, cuando Theresa May decidió jugarse su capital político en las urnas. Tres meses después, este político rebelde e izquierdista de 68 años ha cosechado una dulce derrota en las elecciones británicas y ha salido reforzado, ganando más de 30 escaños frente a los comicios del 2015. Es el mejor resultado laborista en mucho tiempo. ¿Supondrá un desplazamiento aún mayor a la izquierda del partido?

3. Los independentistas escoceses pierden fuerza

El SNP se ha dejado en estas elecciones 19 de los 54 escaños que cosechó en el 2015. Con este retroceso, el partido liderado por Nicola Sturgeon se queda con 35 parlamentarios en Westminster y se mantiene como tercera fuerza, pero el resultado revela que el independentismo no pasa por su mejor momento. No han podido capitalizar el descontento por el brexit e incluso el antiguo ministro principal escocés Alex Salmond ha perdido su asiento en el Parlamento. El retroceso pone en entredicho la aspiración de celebrar un nuevo referendo para separarse del Reino Unido. 

4. La desaparición del UKIP y el ocaso de los liberales demócratas

El partido xenófobo y ultra que cobró gran protagonismo en la campaña del brexit ha perdido su único diputado en el Parlamento de Westminster. El antiguo líder de UKIP, Nigel Farage (el primer político europeo recibido por Trump desde su victoria) ha lamentado que el resultado pueda «aguar» las negociaciones para la salida de la UE. 

Otro gran perdedor de la noche fue Nick Clegg. Hace siete años era el líder de los Liberales Demócratas y una figura emergente. Llegó a gobernar el Reino Unido en coalición con los conservadores de David Cameron, pero no sacó partido a su lustro como viceprimer ministro y su formación sufrió una debacle en las urnas en el 2015. Dos años después, ni siquiera ha podido mantener su escaño. 

5. Un Parlamento colgado y una calculadora

Los resultados definitivos dibujan un Parlamento británico sin mayoría absoluta. Hacen falta 326 escaños para superar ese umbral, y Theresa May se ha quedado con 318. Necesita apoyos para ser investida y poder gobernar.

Aritméticamente los puede obtener de sus antiguos socios, los liberales demócratas (12), pero políticamente la jugada no parece nada clara, vistos los antecedentes. Sí ha logrado pactar con los unionistas del Ulster, que tienen 10 escaños, y así podría garantizar la gobernabilidad. Por la falta de mayoría absoluta los medios británicos hablan de un «Parlamento colgado» (Hung Parliament), una legislatura sin ningún partido con control absoluto. Y con una dificilísima negociación del brexit, que puede sufrir un retraso, por delante.