¿Dio Putin órdenes para dañar a Hillary y ayudar a Trump?

adriana rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

ALEX WONG | Afp

Los indicios sugieren una intervención directa del jefe supremo del Kremlin en la campaña electoral

25 jun 2017 . Actualizado a las 09:54 h.

Los indicios de que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca fue el resultado de una operación impulsada desde el Kremlin se acumulan ante los investigadores de la inteligencia de EE.UU., del FBI, del fiscal especial Robert Mueller y de los legisladores que dirigen comisiones sobre el particular en Capitol Hill. Aquí, las pesquisas intentan determinar además si hay un caso de obstrucción a la justicia en el despido del exdirector del FBI, James Comey, una de las personas más molestas para los implicados en la trama rusa.

¿Cuál fue la influencia de Moscú en las elecciones?

Vladimir Putin dio instrucciones específicas para derrotar o al menos dañar a Hillary Clinton y ayudar a su oponente, según reveló The Washington Post en una información que hizo temblar la estabilidad de EE.UU. Esas instrucciones se concretaron en ciberataques de hackers rusos contra los demócratas que han llevado a algunos analistas a hablar del caso como «el crimen del siglo». «Es el equivalente político del 11-S», dijo Michael Vikers, exjefe del Pentágono. 

¿Ayudó Trump al Kremlin?

No existen todavía conclusiones pero sí hechos contrastados que apuntan a una colaboración entre el entorno de Trump y los rusos. Fue el caso del exasesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, que ocultó sus reuniones con el hombre del Kremlin en Washington, Sergei Kislyak, y con quien habló de la posibilidad de rebajar las sanciones que Obama había aprobado contra Rusia, en diciembre. Los lazos salpican incluso al yerno de Trump, Jared Kushner, quien tendrá que declarar ante el Comité de Inteligencia del Senado. Hay, además, una actuación que ha escandalizado. La del propio presidente tras despedir al líder de las pesquisas, el exdirector del FBI James Comey, quien confesó haberse sentido presionado por el republicano. 

¿Qué dice la Casa Blanca?

Que todo es una caza de brujas y una pataleta demócrata por haber perdido las elecciones. Además, Trump y su entorno han empezado a socavar la credibilidad de Mueller asegurando que no es alguien parcial por su relación de amistad con Comey. Una estrategia que puede ser interpretada como un intento de preparar el terreno para un eventual cese, algo que el neoyorquino no ha descartado. 

¿Y los demócratas?

Intentan defender a Obama tras saberse que, a pesar de que se enteró en agosto de las intenciones de Putin, tardó cuatro meses en actuar para no dar la impresión de parcialidad. Aún así, quieren dejar a un lado la trama porque creen que no les está beneficiando políticamente. La debacle sufrida en las últimas cuatro elecciones parciales ha provocado que varias voces del partido hayan pedido obviar el Rusiagate y centrar su argumentario en un plan de empleo para los estadounidenses.

¿Qué hace el Gobierno para evitar que Rusia vuelva a actuar?

Poco o nada. Trump no ha mostrado ningún interés en prevenir una futura injerencia electoral de Rusia u otra potencia. Comey confesó que el presidente nunca le preguntó sobre cómo detener un ataque y el fiscal general, Jeff Sessions, reveló que nunca recibió información clasificada sobre la interferencia del Kremlin. Decenas de funcionarios aseveraron que recibieron muy pocas órdenes sobre seguridad electoral. La aparente indiferencia ha disparado las alarmas en Washington, donde ya han sido advertidos de que Rusia volverá a atacar.