La Asamblea venezolana inicia la ruta para nombrar autoridades paralelas

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

JUAN BARRETO | AFP

El viernes elegirán a nuevos miembros del Tribunal Supremo para arrebatar el poder judicial a Maduro

19 jul 2017 . Actualizado a las 07:59 h.

Asediada, nuevamente, por grupos de manifestantes del chavismo -y custodiada, esta vez, por la Guardia Nacional- la Asamblea de Venezuela aprobó el informe final de designación de nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, que serán elegidos el viernes, lo que elevará las graves tensiones que vive el país sudamericano, pues se constituirán en una instancia paralela a la de los jueces a los que reconoce el Gobierno de Nicolás Maduro y que utiliza para frenar las iniciativas democratizadoras de los opositores.

«Los magistrados exprés (electos por el chavismo en los últimos días de la anterior Asamblea) deben ser destituidos de sus cargos y sustituidos por jueces honestos, que defiendan la justicia, sin estar al servicio de ninguna parcialidad política», señaló el diputado Carlos Berrizbeitia, presidente de la Comisión de Postulaciones Judiciales que designará a los 33 magistrados paralelos, luego de obtener el espaldarazo de casi 7,2 millones de venezolanos en el plebiscito autoconvocado por la Asamblea Nacional, sin participación del Consejo Electoral, a cuyos rectores también el Parlamento, controlado por los partidos opositores, les designará unos miembros paralelos.

La trascendental sesión de la Asamblea arrancó ayer por la mañana tras varios momentos de tensión. El palacio en el que tiene su sede el poder legislativo amaneció tomado por la Guardia Nacional como respuesta a los incidentes del 5 de julio que dejaron un saldo de cinco diputados heridos. Además, simpatizantes del chavismo se apostaron a las puertas del palacio, pero, a diferencia de hace dos semanas, permitieron el ingreso de los 112 diputados que conforman la mayoría de dos tercios de la oposición, eso sí, entre improperios.

Aunque la Mesa de la Unidad Democrática había convocado a los ciudadanos a salir a las calles mañana, este martes decenas de puntos de las principales ciudades del país fueron tomados por adversarios del gobierno de Nicolás Maduro, y cerradas las vías. Las oenegés de defensa pública denunciaron decenas de detenciones de manifestantes, aunque no se reportaron heridos.

El Gobierno de Maduro respondió a las declaraciones de Donald Trump, del lunes en la noche, que anunció acciones «rápidas y contundentes» si se aprueba la Asamblea Constituyente. Samuel Moncada, canciller venezolano, afirmó que las relaciones con EE.UU., que se encuentran congeladas, entraban en una «profunda revisión».

Al chavismo se le abrió un nueve frente de presión internacional ayer. Un centenar de legisladores de Colombia y Chile denunciaron a Nicolás Maduro, ante la fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) en La Haya por «comisión de crímenes de derecho internacional» en el marco de la crisis de su país.

«Hoy presentamos denuncia contra Maduro firmada por más de 100 congresistas de Colombia y Chile», escribió el senador colombiano Iván Duque, líder de la propuesta en el país y miembro del Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe.

«Que Rajoy saque sus narices de la política interna de Venezuela»

Nicolás Maduro aprovechó su primera intervención tras el plebiscito del domingo para cargar contra el presidente español, Mariano Rajoy. «No debo opinar sobre los asuntos internos de España ni de Cataluña. No me meto, pero tú, Rajoy, saca tus narices de la política interna de Venezuela», dijo tras señalar la supuesta contradicción de considerar legal el referendo del domingo en el país sudamericano y frenar la consulta independentista que promueven algunos partidos en Cataluña. Maduro, que llegó a referirse al presidente del Gobierno español como «Rajoycito», le recordó que «bastante es lo que tienes de peso en la crisis social, económica, en la tragedia que vive España, la familia española humilde, la tragedia que vive, de desempleo, de desengaño y pobreza creciente».