Tsipras y Erdogan entierran el hacha de guerra

Patricia Alonso ESTAMBUL / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

ADEM ALTAN | AFP

Buscan acabar con años de rivalidades y enfrentamiento entre Grecia y Turquía

06 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Las expectativas sobre la visita de dos días del primer ministro griego, Alexis Tsipras, a Turquía se han superado con creces. Los temas clave tratados ayer fueron el caso de los militares turcos asilados en Grecia, las tensiones en Chipre, los refugiados, cuestiones que lastran las relaciones bilaterales de ambos países.

Poco antes de que Tsipras pusiera un pie en Turquía, el ministerio del Interior turco anunció una recompensa de más de cinco millones de euros a cambio de pistas que conduzcan al paradero de los ocho militares que huyeron a Grecia tras el fallido golpe de Estado del 2017 y que la Justicia griega se niega a extraditar. Durante su comparecencia, Tsipras condenó el papel de los golpistas, pero lanzó la pelota fuera de su tejado al reiterar que las decisiones judiciales deben ser respetadas. Sin embargo, confirmó que Turquía y Grecia incrementarán «la cooperación en temas de seguridad».

Sobre la cuestión de Chipre, isla dividida desde que el Ejército turco la invadiera en 1974, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dejó entrever un nuevo acuerdo de paz tras el fracaso del 2017. Por su parte, Tsipras prometió una solución «justa y permanente» y aseguró que las explotaciones gasísticas frente a la costa no serán un impedimento.

Erdogan acusó una vez más a la Unión Europea de no mantener sus promesas en lo referente al libre visado para los ciudadanos turcos y otros acuerdos aduaneros. En este sentido, el líder de Syriza reconoció el esfuerzo de Turquía «acogiendo a cuatro millones de refugiados» y dijo que las cuestiones aduaneras «deben ser actualizadas para favorecer la región y facilitar la cooperación». Por último, anunciaron más colaboración económica, que según el líder turco actualmente «está muy por debajo del objetivo».

Hacía seis años que un dirigente griego no pisaba suelo turco. Pero lo realmente significativo, es la visita de Tsipras hoy al seminario ortodoxo de Halki, en la isla de Heybeliada, cerca de Estambul. La primera de un primer ministro heleno desde 1933. Fundado en 1844 y en funcionamiento hasta 1971, cuando las autoridades turcas lo clausuraron, el de Halki era el único seminario ortodoxo en el país. La reapertura de sus puertas supondrá otro cambio significativo en las relaciones entre Turquía y Grecia.

Tsipras es acusado de utilizar este viaje como un lavado de cara ante las elecciones que afronta en octubre, del mismo modo que Erdogan realizó la primera visita en 65 años de un presidente turco al país vecino y aliado de la OTAN cuando estaba a punto de enfrentarse a las urnas en diciembre del 2017. Los siguientes pasos están por ver, pero lo que parece claro es que Ankara y Atenas han decidido enterrar el hacha de guerra y ser más pragmáticos.