Además de investigar, Xabier García practica parapente en el país centroasiático
04 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Afirma el mito que el aleteo de una mariposa a un lado del planeta, tiene consecuencias directas al otro. El mito forma parte de la Teoría del Caos, enunciada por el matemático y meteorólogo Edward Lorenz y se manifiesta cuando un suceso inexplicable irrumpe en nuestra realidad. Mientras, otro matemático, el ourensano Xabier García, aletea en parapente a 100 metros en otro continente, puede que observando mariposas y sobrevolando un país del que los españoles aún desconocemos mucho: Uzbekistán.
«Yo ya vine varias veces a Uzbekistán. Pero, a pesar de ello, siempre me sorprende la cercanía de la gente, su amabilidad y buen humor. Y también la forma que tienen de conducir», declara divertido el investigador de la Universidad de Vigo.
García realiza una estancia de investigación en la Universidad Akfa. Esta es su cuarta vez en el país, pero para la primera se encontró con el desconcierto de su entorno: «Me preguntaban si estaba seguro de lo que estaba haciendo. Supongo que son reacciones propias del desconocimiento que tenemos sobre este país, del que no sabemos prácticamente nada», sostiene.
Una de las claves de ese desconocimiento es la identificación directa de Uzbekistán con Afganistán, como asevera García: «La verdad es que no sabemos muy bien lo que está pasando aquí. Muchas veces lo relacionamos erróneamente con Afganistán o con Irak».
En medio del desconocimiento que puede suscitar el país centroasiático (34 millones de habitantes), se suma la invasión rusa en Ucrania: «A pesar de que es un país bastante más cerrado, más que cualquier país europeo, con menos libertad de prensa, por supuesto, noto una gran diferencia con respecto a lo que vivimos allí». «En Europa —añade—, la visión es completamente unilateral del conflicto. Los medios prácticamente solo aportan una única visión; no hay lugar a debate. Aquí, la ciudadanía está escuchando las dos versiones. Tienen una opinión bastante más formada de la que tenemos nosotros sobre el conflicto. Principalmente en contra del mismo y a favor de la paz. Me sorprendió el posicionamiento neutral sobre el tema, incluso por parte del Gobierno, a pesar de ser una república ex soviética, incluso un poco a favor de Ucrania y eso me sorprendió gratamente».
El doctor en Matemáticas por la USC no elude las sombras que presenta Uzbekistán: «La pinza que sí veo aquí muchas veces es la convivencia de dos culturas. Por una parte, la cultura uzbeka tradicional, musulmana, bastante cerrada, machista, tradicionalista. Y por otra, la cultura rusa-tartar-kazaja, más cercana a la cultura occidental. Esa pinza sí me llama la atención».
Cuando aterriza con el parapente al que se sube para olvidar números, matrices y cuestiones matemáticas, le pido que me explique a qué se dedica exactamente. Su respuesta arranca con una sonrisa y prosigue con una advertencia: «Es una pregunta complicada normalmente. Soy algebrista. Trabajo en un ámbito abstracto de las matemáticas, que no tiene ninguna aplicación inmediata. No va a hacer nuestra vida mejor mañana, pero tiene la aspiración de que, dentro de bastantes años, sea un fundamento para el progreso y para el conocimiento».
Como si de una clase se tratara, explica su trabajo a través de un ejemplo: «Cuando se estudiaba la Teoría de Números hace 100 años, nadie esperaba que toda esa teoría fuese a ser usada en la criptografía y en la comunicación que estamos utilizando hoy», concluye Xabier García, premio de Investigación de la Real Academia Galega de Ciencias y Premio Vicent Caselles, ambos en el 2019.
Una especie de matemático del futuro que trabaja en el presente y del que se acordarán por sus avances las generaciones venideras. O, más bien, como el propio García concluye, su labor es «un trabajo de vida, un trabajo transgeneracional».
Y tras ello, retoma el vuelo en parapente. Puede que en busca de la mariposa que nos explique su aleteo y sus consecuencias para los próximos cien años o, simplemente, para observar desde arriba lo que desde abajo muchas veces se nos escapa.
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