«Aquí en Ischia, cada vez que llueve con fuerza, tenemos mucho miedo»

Valentina Saini VENECIA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Un grupo de vecinos, este lunes, limpiando el barro en las calles de Ischia
Un grupo de vecinos, este lunes, limpiando el barro en las calles de Ischia GUGLIELMO MANGIAPANE | REUTERS

Los vecinos creen que las construcciones irregulares en zonas de elevado riesgo multiplicaron los efectos de las inundaciones y los desprendimientos en la isla italiana

29 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Italia está consternada por una de las peores tragedias de los últimos años. Para millones de personas, acostumbradas a viajar a la isla de Ischia durante la luna de miel o para celebrar la jubilación, ver en televisión el pueblo de Casamicciola, en el norte de la isla, destrozado por el barro, es un auténtico golpe emocional. Lo es aún más saber que varias personas, incluidos niños, han fallecido, y que otras siguen desaparecidas. Hasta ahora, se han encontrado ocho cuerpos, pero se teme que el número de víctimas del desprendimiento de tierra provocado el sábado por un fuerte temporal, y que arrasó varias casas, pueda subir.

«Estoy conmocionado por la muerte de tantas personas, y de tantos niños», dice a La Voz Mariano Iacoletti, propietario de un bed and breakfast en Casamicciola, y que lleva dos días sin salir de su casa por orden del alcalde. «Pero estos problemas se conocen desde hace décadas y, sin embargo, nunca se ha hecho nada. Aquí en Ischia, cada vez que llueve con fuerza, tenemos mucho miedo. El monte Epomeo se cierne sobre nosotros y es muy propenso a los desprendimientos». En el 2009, Casamicciola sufrió un corrimiento de tierras similar, en el que murió una joven de 15 años.

Ahora se teme que dos familias enteras hayan muerto. No se han encontrado todos los cuerpos, pero las esperanzas de que alguno siga vivo son prácticamente nulas. Se trata de Gianluca Monti, un joven taxista, de su esposa Valentina Castagna y sus tres hijos; y de Maurizio Scotto Di Minico, su esposa Giovanna Mazzella, y su niño recién nacido, de apenas 22 días. Eleonora Sirabella, de 31 años, fue encontrada en una plaza a varios cientos de metros de su casa por los equipos de rescate el sábado. Hay pocas esperanzas de encontrar con vida a su pareja. También se ha identificado a Nikolinca Blagova Gancheva, una mujer de 58 años de nacionalidad búlgara. 

La noticia de la tragedia de Ischia se extendió rápidamente por el mundo. La excanciller alemana Angela Merkel hizo saber en un comunicado el lunes por la tarde que está «de luto por las víctimas» de Ischia, una isla que conoce bien y a la que tiene «mucho cariño».

Polémica nacional

Pero junto con el dolor, el desprendimiento que ha devastado el pueblo de Casamicciola también está provocando una nueva polémica sobre lo que es una lacra nacional en Italia: la construcción irregular. Por su misma orografía, el país transalpino sufre un alto riesgo hidrogeológico. Sin embargo, sobre todo en los años 70 y 80, se construyó en lugares con riesgo de movimientos de tierras o inundaciones. Ischia es un ejemplo emblemático: desde 1985 hasta hoy se han presentado unas 27.000 solicitudes de regularización urbanística para edificios de la isla, que tiene unos 60.000 habitantes. Ahora se acusa especialmente de esta práctica al primer Gobierno presidido por Giuseppe Conte, formado por el Movimiento 5 Estrellas y la Liga, por una ley aprobada en el 2018. Pero las amnistías para las viviendas irregulares son un fenómeno que existe desde 1985, cuando se aprobó la primera normativa.

Cada vez son más los que señalan la urgencia de tomar medidas de prevención, ya que con el cambio climático estas catástrofes serán cada vez más frecuentes. Margherita Rossetto, artesana y propietaria de una tienda de cerámica en Venecia, dice a La Voz: «Los italianos solemos ser así. Buscamos la belleza, queremos la casa con una vista maravillosa, pero no pensamos en los riesgos. Es hora de cambiar».