La salida forzada de Guaidó de Colombia complica el Gobierno a Petro
INTERNACIONAL
El presidente colombiano justificó el trato al opositor venezolano por su entrada ilegal en el país
25 abr 2023 . Actualizado a las 21:53 h.La polémica por la abrupta salida de Juan Guaidó de Colombia amenaza con asestar otro golpe a la estrategia de Gobierno de Gustavo Petro. El presidente del país andino tiene varios frentes abiertos que no andan como a él le gustaría y había puesto en la conferencia internacional sobre Venezuela, celebrada este martes en Bogotá, parte de su capital político, ante su reciente bajada de popularidad, que parecía haber frenado la semana pasada con la recuperación del peso frente al dólar y una reunión en la Casa Blanca con el presidente estadounidense, Joe Biden, que le recibió con los brazos abiertos y le despidió incluso con un entusiasta vídeo conmemorativo de la reunión publicado en redes sociales.
«Simplemente [Guaidó] hubiera entrado con su pasaporte y pedido asilo. Con mucho gusto se le hubiera ofrecido. No tiene por qué entrar ilegalmente al país. Se le ofreció el permiso de tránsito, no se le deportó de regreso a su país y con el permiso de EE.UU. voló a ese país», señaló Petro este martes por la mañana.
Acusó al opositor venezolano de querer boicotear la reunión de diplomáticos en Bogotá. «Obviamente un sector político quería perturbar el libre desarrollo de la conferencia internacional sobre Venezuela», señaló, reiterando, poco después, a través de Twitter, que a Guaidó «no se le expulsó» y que tenía un acuerdo para viajar a EE.UU., dijo antes de la conferencia internacional.
A la reunión, que tiene como objetivo la reanudación de los diálogos entre la oposición y el Gobierno de Venezuela, acudieron representantes de 19 países, entre ellos una delegación del Gobierno estadounidense capitaneada por Juan González, principal asesor de Biden para América Latina. También destacó la presencia de los ministros de Exteriores de Argentina y Chile, del secretario de Estado español para Iberoamérica, Juan Fernández Trigo, y del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
El cónclave, sin embargo, no contó con representantes de la oposición o el Gobierno de Venezuela, descafeinando la cita.
Guaidó, en cualquier caso, se siente expulsado y la oposición colombiana criticó duramente su salida. «Petro es duro con demócratas, pero arrodillado ante bandidos», dijo el exministro conservador Juan Carlos Pinzón.
El opositor venezolano puso a Petro en una difícil situación. Si decidía quedarse en Colombia y Venezuela pedía su deportación o extradición, la decisión hubiera irritado o bien a Washington o bien a Caracas. La forma más rápida de evitar la disyuntiva era acelerando la salida de Guaidó.
Queda, eso sí, en entredicho, la posición de Petro como intermediador entre el Gobierno y la oposición del país vecino, una categoría que el mandatario colombiano ha buscado con ahínco en los últimos meses.
Una ruptura abrupta de la relación con Venezuela a cuenta de Guaidó hubiese supuesto un golpe profundo a uno de los pilares sobre los que Petro ha erigido su agenda reciente, la búsqueda de un acuerdo en Venezuela.
No le va mucho mejor otro proyecto clave, el de la paz total, a pesar del entusiasmo inicial. Bogotá suspendió el mes pasado la tregua que mantenía con el Clan del Golfo, dando fin al proceso de apaciguamiento con esa estructura narcoparamilitar, y los débiles diálogos con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) sufrieron un duro golpe el mes pasado, cuando los subversivos mataron a nueve militares en un atentado con explosivos.
Otro de sus proyectos clave, la reforma a la sanidad, también está zozobrando en un Congreso en el que las fuerzas conservadoras y liberales tienen mayoría, poniendo a Petro en un momento de aprieto.
