La incertidumbre y la desafección dominan las elecciones en Grecia

Ricard G. Samaranch ESTAMBUL / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El primer ministro griego y candidato a la reelección por Nueva Democracia, junto a Alexis Tsipras, exjefe del Ejecutivo y aspirante de Syriza.
El primer ministro griego y candidato a la reelección por Nueva Democracia, junto a Alexis Tsipras, exjefe del Ejecutivo y aspirante de Syriza. ALEXANDROS AVRAMIDIS | REUTERS

El favorito es el primer ministro Mitsotakis, pero necesitaría una segunda vuelta

22 may 2023 . Actualizado a las 20:08 h.

A pesar de un mandato plagado de escándalos, el primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis, parte como favorito en las elecciones generales que se celebran este domingo. Las encuestas le dan una ventaja de unos siete puntos sobre su principal adversario, el ex primer ministro Alexis Tsipras, líder de Syriza. Una de las claves de la contienda es la fragmentación y las querellas intestinas entre las formaciones de izquierda, que dificultan un hipotético Gobierno de coalición entre ellas.

Por esta razón, la mayoría de analistas auguran que será imposible formar un Ejecutivo tras los comicios, y que el país se encamina a una probable segunda vuelta que se celebraría a principios de julio. Habida cuenta del complejo sistema electoral griego, tampoco está claro que una segunda vuelta facilite la gobernabilidad. «Es muy difícil hacer una predicción de cuál será el resultado y el color del próximo Gobierno», sostiene la periodista Jenny Tsiropoulou.

Los comicios llegan casi tres meses después de la peor tragedia ferroviaria en la historia del país, que provocó la muerte de 57 personas, la mayoría estudiantes. El siniestro suscitó una gran indignación social y llevó a la dimisión inmediata del ministro de Transporte y a la convocatoria de diversas huelgas ante la falta de inversiones en el sector.

El otro escándalo que ha marcado el Gobierno de Mitsotakis, conocido como Predator, es la realización de escuchas ilegales a políticos opositores, periodistas y militares. Sin embargo, el asunto que más preocupa a los griegos, y que ha dominado la campaña electoral, es la pérdida de poder adquisitivo de la población a causa de la galopante inflación de los últimos años y de la persistencia de los bajos salarios.

Precios altos y sueldos bajos

Mientras la media de ingresos mensuales en el país se sitúa alrededor de 800 o 900 euros, los precios no son más baratos que en muchas regiones españolas. Por ejemplo, el litro de leche cuesta dos euros, y el alquiler de un apartamento de una habitación en Atenas raramente baja de los 550 euros. Se estima que el precio de la vivienda ha aumentado un 40 % en pocos años. «En general, el ambiente es de decepción hacia la clase política en su conjunto. Muchos electores más que votar a un candidato con ilusión, escogerán el menos malo», comenta Tsiropoulou, que describe la campaña como plana y sin sorpresas, con los candidatos haciendo sus mayores esfuerzos por atraer el voto joven.

Entre los argumentos que esgrime el Gobierno de Mitsotakis para presumir de buena gestión están la reducción del paro hasta el 10,9 % —en España es del 13 %—, y la estabilización de las finanzas del país gracias a la llegada de más inversión extranjera, a pesar de que Grecia continúa siendo uno de los países más endeudados del mundo.

Nikolas Georgiou / Zuma Press / | EUROPAPRESS

Alexis Tsipras, izQUIERDISTA

Padre y víctima en el 2015 de los recortes ordenados por la troika

A sus 40 años, Alexis Tsipras sacudió la política europea en el 2015 al imponerse en las elecciones griegas al frente de una nueva formación de la izquierda alternativa después de fagocitar al Pasok, el histórico partido socialista griego. En aquel momento, el país se encontraba en una profunda crisis de deuda que hizo temblar el proyecto del euro, y que sitúa a Atenas bajo la tutela de un directorio formado por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, la llamada troika.

A pesar de sus proclamas contra la austeridad aplicada por el Gobierno precedente, a Tsipras no le quedó otro remedio que acabar aplicando las amargas recetas de la troika basadas en una política de recortes. Ello desgastó su figura y acabó provocando su derrota en las urnas cuatro años después.

Los sectores más a la izquierda del panorama político griego, como el Partido Comunista, nunca le perdonaron su «traición», lo que dificulta su retorno al poder tras los comicios del domingo, ya que se niegan a formar un Gobierno de coalición con él.

Hijo de un acaudalado contratista de obras públicas, Tsipras empezó su militancia en el Partido Comunista, que abandonó para pasar a Synaspismos, una nueva formación de izquierdas.

Con fama de pragmático, con tan solo 33 años, Tsipras se convirtió en el líder de esta formación. En el 2009, ya en las listas de Syriza, fue elegido diputado en los comicios parlamentarios por primera vez. A pesar de su derrota electoral en el 2019, Tsipras se mantuvo como líder de Syriza, que goza de la condición de primer partido destacado de la oposición.

Nikolas Georgiou / Zuma Press / | EUROPAPRESS

Kyriakos Mitsotakis conservador

Un primer ministro cuestionado por un escándalo de escuchas

El primer ministro Kyriakos Mitsotakis, de 55 años, pertenece a una de las familias con mayor solera en la política griega. Su padre, Konstantinos Mitsotakis, ejerció también de primer ministro, entre 1990 y 1993, mientras que su hermana Dora fue la alcaldesa de Atenas durante los Juegos Olímpicos, un cargo que «heredó» su sobrino en el 2019.

A causa de la represión que siguió al golpe militar de 1967, Mitsotakis nació y vivió en París hasta los seis años, cuando la familia pudo volver a Grecia. Más tarde, de nuevo abandonó el país para estudiar en la prestigiosa Harvard, donde inició una brillante carrera académica especializada en Relaciones Internacionales. Tras trabajar durante un lustro para varios bancos de inversión en Grecia, en el 2003 se pasó a la política al ser elegido diputado por Nueva Democracia, cargo que mantuvo hasta su elección como máximo dirigente del país en el 2019. En el 2013 fue nombrado ministro de Administraciones Públicas, y se desempeñó como tal hasta la caída del Gobierno del conservador Antonis Samaras dos años después.

El mayor escándalo del Gobierno Mitsotakis estalló el año pasado: las escuchas ilegales. El caso lo denunció Nikos Androulakis, líder del Pasok, el histórico partido socialista griego y tercera fuerza del Parlamento. El escándalo, junto con el uso a menudo de un exceso de violencia por las fuerzas policiales, desató la preocupación en el país por la degradación de la calidad de la democracia griega. De hecho, el país se está en la cola de la UE en libertad de prensa, según Reporteros Sin Fronteras.