Virginia Mielgo, integrante del barco de rescate Geo Barents: «La bonita acogida de los ucranianos demostró el doble rasero de Europa»

glauber senarega / r.p. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Virginia Mielgo, coordinadora  de Médicos sin Fronteras (MSF) en el barco de rescate Geo Barents.
Virginia Mielgo, coordinadora de Médicos sin Fronteras (MSF) en el barco de rescate Geo Barents. MIGUEL MIRAMONTES

Esta cooperante viguesa de Médicos sin Fronteras critica el trato que reciben los migrantes que cruzan el Mediterráneo

17 jun 2023 . Actualizado a las 20:25 h.

Virginia Mielgo (1988, Vigo) es la coordinadora de Médicos sin Fronteras en el barco de rescate de migrantes Geo Barents que opera en el Mediterráneo central. Este sábado participó en un debate en A Coruña junto con el juez Baltasar Garzón en el que habló del drama de la inmigración, del doble rasero de Europa y de la reforma del sistema de asilo que se discute estos días. Mielgo conoce de primera mano la situación que viven las miles de personas que intentan atravesar la ruta marítima hacía la Unión Europea.

—¿Cómo termina una viguesa alistándose en un barco de rescate en el Mediterráneo?

—Acabé en el Mediterráneo porque es un conflicto muy cercano, que pasa en nuestras fronteras y que es una consecuencia directa de las políticas europeas.

—¿Cómo vive su labor?

—Trabajar en el Mediterráneo genera mucha frustración entre los rescatistas y los miembros de Médicos Sin Fronteras porque tenemos la sensación de que todas las desgracias que allí ocurren podrían evitarse. Cuando rescatamos a las víctimas de naufragios nos cuentan historias de superación muy impactantes, y eso nos genera un desgaste y mucha impotencia.

—¿Cuál es su opinión sobre las políticas migratorias de la UE?

—Su objetivo solo es evitar que las personas crucen las fronteras del sur de Europa. Desde el 2015, el enfoque es consolidar la fortaleza de las fronteras de Europa, criminalizar a los inmigrantes y tacharlos de problemáticos. Estas no son políticas humanas, porque no velan por los intereses de los individuos que necesitan desesperadamente ayuda. Como recoge el artículo 3 de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 hay que tratar a todos los inmigrantes por igual, indistintamente de su sexo, religión y raza. La bonita acogida a los ucranianos tras el estallido de la guerra con Rusia demostró que sí es posible darles refugio a todos si se tiene la voluntad política para ello, pero es algo que, desgraciadamente, no está pasando en el Mediterráneo, y que demuestra el doble rasero de las políticas europeas.

—¿Y la sociedad? ¿Siente que discrimina también a los migrantes que llegan por el sur?

—Creo que la actitud de la sociedad tiene que ver más sobre cómo los gobiernos y los medios tratan de silenciar el drama migratorio. Somos muy manipulables y al final reflejamos de lo que nos muestran.

—¿Tiene solución este problema humanitario?

—Sí, para ello es necesaria una guardia fronteriza cuyo objetivo fundamental sea salvar vidas, así como un sistema de acogida que dignifique al inmigrante y no lo discrimine.