El paso de Rafah se abre para evacuar a extranjeros y heridos hacia Egipto

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Raúl Incertis, un anestesista valenciano, el primer español en salir de la Franja

03 nov 2023 . Actualizado a las 11:33 h.

Durante una fracción de segundo, entre los nubarrones tormentosos de la Franja de Gaza, ayer se pudo ver el sol. El paso de Rafah se abrió por primera vez desde el ataque de Hamás (el 7 de octubre) y algunos heridos y extranjeros cruzaron a Egipto.

El acuerdo se alcanzó gracias a la mediación de Catar. «Muchos heridos requieren cirugías que no podemos realizar aquí por la falta de capacidades, especialmente mujeres y niños», dijo Abu Taeema, director del hospital palestino Nasser. Una columna de ambulancias se llevó a 81 y después empezaron a pasar los extranjeros y los ciudadanos con doble nacionalidad. Ayer salieron 545. Hoy las puertas volverán a abrirse para que salga el resto. En las imágenes, rostros en los que el alivio no se distingue de la preocupación, puños que se aferran al equipaje, niños con la mirada perdida en horrores pasados.

Dos españoles caminaban entre los extranjeros. El primero en salir fue Raúl Incertis, un anestesista valenciano de 40 años que llevaba desde el principio del conflicto refugiado en un complejo de Naciones Unidas. Hace semanas ya decía estar «totalmente roto». «Las epidemias van a empezar a aparecer, las deshidrataciones van a empezar a aparecer, la lucha por la comida va a empezar a aparecer y, de hecho, ya ha aparecido», compartía con Efe el 18 de octubre.

Raúl Incertis, el médico español que ha logrado salir de Gaza
Raúl Incertis, el médico español que ha logrado salir de Gaza Médicos Sin Fronteras / X | EFE

Raúl trabaja para Médicos Sin Fronteras. Era consciente de que su situación no podía compararse a la que se vivía fuera del complejo. «Aquí cada trabajador internacional tiene un litro de agua al día y vamos racionando la comida que nos queda», contaba. Él también racionaba los mensajes de texto que enviaba a su familia.

«Todo el personal internacional de Médicos Sin Fronteras ha cruzado con éxito y ya está en Egipto», comunicó la oenegé. Sus 300 empleados palestinos seguían atrapados.

«El lado equivocado»

Detrás de Raúl aún se escuchaba el eco de los truenos que bramaban al norte. El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, advirtió de que «quienes apoyan a Israel están eligiendo el lado equivocado de la historia», y culpó a Netanyahu de la guerra.

Fue un discurso televisado. Haniyeh afirmó que el primer ministro israelí quería «desviar los ojos del mundo» y que Estados Unidos debería dejar de apoyar «a este Gobierno fascista y de obstruir los esfuerzos internacionales» por llegar a un alto el fuego humanitario.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) seguían peleando sin tregua en la Ciudad de Gaza, en medio de una vorágine en la que depredadores y presas se mezclaban hasta convertirse en un solo concepto. Y los primeros 15 soldados israelíes ya están muertos.

«Nuestros soldados han caído en la más justa de las guerras, la guerra por nuestro hogar. Prometo a los ciudadanos de Israel: completaremos el trabajo, continuaremos hasta la victoria», publicó Netanyahu en X (Twitter). Añadió que el conflicto se presenta «largo» y «difícil», y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, concordó con él y aseguró que el país «está preparado».

Decenas de ambulancias egipcias esperan para cruzar el paso fronterizo de Rafah, que separa su país con Gaza
Decenas de ambulancias egipcias esperan para cruzar el paso fronterizo de Rafah, que separa su país con Gaza

Poco después, las comunicaciones se volvieron a cortar en Gaza. Lo mismo que sucedió la noche de la invasión. Sin internet, los periodistas luchaban contra un vacío informativo que parecía implacable, pero algunos medios como Al Yazira empezaron a alertar de un segundo ataque contra el campo de refugiados de Yabalia, al norte de la Franja.

Las bombas de las FDI vuelven a caer sobre el asentamiento de Yabalia

Las bombas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) destrozaron el campo de refugiados de Yabalia por segunda vez en menos de 24 horas. Explosivos se amontonaban sobre explosivos. Decenas de muertos se sumaban a una «angustiosa secuencia de masacres», como la denominó Hamás, que «arrojará para siempre una sombra oscura sobre la conciencia colectiva de la humanidad». Según el grupo islamista, siete rehenes murieron durante el bombardeo.

«Partiendo de la clara postura de la UE de que Israel tiene derecho a defenderse, estoy consternado por el elevado número de víctimas tras el ataque de Israel contra Yabalia», tuiteó el representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell. «El Secretario General de la ONU, António Guterres, recordó que el derecho internacional no puede aplicarse de forma selectiva. El derecho a la legítima defensa siempre debe equilibrarse con la obligación de proteger a los civiles», subrayó.

En la Franja de Gaza solo un tercio de los hospitales siguen funcionando. Aunque la luz se raciona y se reserva para los quirófanos, la falta de suministros empieza a pasar verdadera factura. Se hacen cesáreas sin anestesia. A las incubadoras se les acaba la luz. La OMS estima que más de mil pacientes necesitan diálisis y más de 2.000, tratamiento contra el cáncer. Ante la desesperación más absoluta, algunos de los que huyeron al sur empiezan a regresar al norte.