«No los matéis, dádnoslos a nosotros»

Carlos Cortés
CARLOS CORTÉS MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Jon Amad, de un «santuario» de animales de Tarragona, en el polígono de Monforte con el remolque en el que quería llevarse el ternero
Jon Amad, de un «santuario» de animales de Tarragona, en el polígono de Monforte con el remolque en el que quería llevarse el ternero

El sacrificio de las vacas de Axulfe moviliza en Monforte y sobre todo en Internet a los grupos animalistas

23 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A las siete de la mañana abre el matadero de Monforte y a esa hora montaban guardia en la puerta una veintena de personas con pequeños carteles a favor de los derechos de los animales. A las instalaciones de Mafrilemos había ido a parar el día anterior uno de los terneros que sobrevivieron a las malas condiciones de alimentación y mantenimiento que se llevaron por delante a al menos otras 39 vacas de diferentes edades en una granja de la aldea chantadina de Axulfe. A esas horas los colectivos animalistas pensaban que podían impedir los sacrificios.

La protesta frente al matadero de Monforte, situado en el polígono industrial de O Reboredo, no llevaba la firma de ninguna organización en concreto. Se improvisó el día anterior a través de las redes sociales y al calor de la indignación provocada por la decisión de la Xunta de autorizar el envío de las veinticuatro reses supervivientes de Axulfe.

Fuentes de la consellería de Medio Rural insistían en que el ganadero podía tomar una decisión así porque su explotación no estaba confiscada y él seguía siendo el dueño de los animales. Veterinarios de la consellería habían comprobado previamente que en vista del mal estado físico en el que se encontraban esas vacas, difícilmente podrían volver a ser utilizadas para la producción de leche.

«No los matéis, dádnoslo a nosotros», pedían ayer en Monforte alguno de los concentrados frente al matadero. No lo decían en balde, porque diferentes organizaciones de defensa de los animales se habían ofrecido a hacerse cargo de las vacas. Los responsables de tres «santuarios», granjas dirigidas por ecologistas que acogen animales abandonados o directamente maltratados, se ofrecieron por escrito a repartirse entre ellos las veinticuatro reses supervivientes. A estos tres primeros, radicados en Cataluña y Madrid, se le unió posteriormente un tercero existente en Pantón.

Jarro de agua fría

La concentración frente al matadero fue disolviéndose a medida que avanzaba la mañana, hasta que al final solo quedó un retén de cinco personas a la espera de novedades. Representantes de la empresa les habían garantizado que el ternero no iba a ser sacrificado por el momento. La confirmación por parte de la Consellería de Medio Rural a última hora de la mañana de que todas las reses de Axulfe habían sido ya sacrificadas en los mataderos de Monforte, Ourense y Betanzos a los que las habían enviado supuso un jarro de agua fría para ellos. Y para miles de personas que pedían explicaciones en las redes sociales por una decisión que consideran incomprensible, además de inhumana.