¿Y cómo se llamaba mi monte?

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LUGO

MANUEL VALCÁRCEL

Una lonja digital de compra venta de madera promueve un concurso en las redes sociales para rescatar topónimos

17 oct 2016 . Actualizado a las 22:24 h.

Cerengo, Formigueiros, Cido, Pena das Pombas, Mioteira, A Cogoluda, Baralongo, Home Grande, Liboreiro, Cotiño do Xardón... Son solo algunos topónimos de montes repartidos por el sur lucense que conservan su denominación tradicional. Otros se han perdido o han caído en desuso al ritmo del paulatino despoblamiento de los núcleos rurales. Son los montes de tal o cual parroquia, sin más historias. La empresa E-Monte, promotora de una lonja digital de compra venta de madera, quiere poner ahora su grano de arena para la recuperación de esa toponimia. Lo hace a través de las redes sociales, en las que puso en marcha la campaña #TeñoMonte.

E-Monte ganó en el 2015 la primera edición del concurso de ideas empresariales Semente de Monforte, asociación de fomento de la cultura emprendedora cuyo germen surgió un año antes con el Gordo de la Lotería de Reyes. La lonja forestal en Internet abrió en período de pruebas el pasado mes de marzo y opera ya con ocho ofertas. Seis de ellas corresponden a montes de otros tantos municipios pertenecientes a la provincia de Lugo. La mayoría son de superficie de pino, aunque también está a subasta madera de abedul y restos de poda de un souto de 23 hectáreas situado en Folgoso do Courel.

La empresa puso en marcha la campaña #TeñoMonte con el fin de darse a conocer y de paso contribuir «a recuperar a microtoponimia do monte galego, con axuda das persoas propietarias e da propia veciñanza». La iniciativa se dio a conocer el 8 de octubre con un photocall en la plaza de Abastos de Santiago, ciudad donde tiene su sede física E-monte. Los que se apuntaron a pie de calle ya han recibido un primer obsequio: una planta de carballo que espera crecer pronto en sus fincas.

Herramienta práctica

Si además resultan agraciados en el sorteo final de concurso, podrán disfrutar de una noche para dos personas en una casa rural. «Saímos á rúa para coñecer de primeira man a persoas que teñan historias sobre o seu monte, que coñezan os seus nomes tradicionais e que queiran axudarnos a facer recolleita desa parte da nosa tradición», dice Víctor Rivas, uno de los promotores de la empresa. El premio es el mismo para los propietarios de montes que prefieran tomar parte en el concurso a través del Facebook de E-Monte.

La mecánica es sencilla. Los participantes deben rellenar un formulario con sus datos y la ubicación del monte en el que tienen su propiedad. Una vez cumplido ese trámite, deben indicar el nombre que recibía tradicionalmente. El concurso no solo tiene una vertiente cultural. También puede servir de herramienta práctica para la lonja digital a la hora de facilitar a los potenciales compradores la localización de los bosques.

O Colado do Vento cataloga viejos nombres de lugares en los municipios de Sober y Pantón

El 87% de los nombres de lugares de toda España se encuentran repartidos por Galicia. A partir de este dato revelador, la asociación cultural O Colado do Vento inició en el 2013 un trabajo de recuperación de la microtoponimia en los municipios de Sober y Pantón. «En Andalucía, por exemplo, unha parcela de moitas hectáreas ten un só nome. Aquí en Galicia, a cada poucos metros, temos un barrio, unha leira, unha parcela... cun nome», explicaban entonces los impulsores del proyecto.

En realidad, el trabajo de a pie se había iniciado muchos años antes. Lo inició uno de los integrantes de O Colado do Vento, Alfonso Campos, apasionado de la microtoponimia. «Impresiona a cantidade de información que ofrecen os nomes antigos sobre os lugares aos que fan referencia. É unha verdadeira mágoa que non se lle preste a esta cuestión a atención que merece», opina Campos.

A nivel documental, la asociación ha llevado ha cabo un importante trabajo de catalogación de microtopónimos. Algunos tan peculiares como O Penedo de Xan de Ardán o el Pozo do Can Sentado. La despoblación de las aldeas va camino de acabar también con esa riqueza. «Se non vas aos sitios, tampouco lle necesitas poñer nome», señalan en O Colado do Vento.