Un navegador en el cerebro

Susana Pérez

LA VOZ DE LA ESCUELA

El Nobel premia el descubrimiento de las células que nos dicen dónde estamos

29 oct 2014 . Actualizado a las 11:31 h.

Hoy en día estamos familiarizados con instrumentos que nos permiten realizar una ruta y alcanzar un destino sin perdernos, los GPS. Pero también somos capaces de orientarnos sin su ayuda utilizando diferentes referencias y movernos en el entorno sabiendo a dónde vamos. Y es que nuestro cerebro es capaz de crear mapas mentales que nos permiten reconocer el espacio, las distancias y guiarnos a través del medio. A los descubridores de cómo funciona este GPS cerebral acaban de concederles el premio Nobel de Fisiología y Medicina.

La identificación del primer elemento de este sistema de orientación se debe a las investigaciones publicadas por John O?Keefe en 1971. Trabajó con ratas a las que dejaba moverse en una habitación mientras registraba la actividad de las células nerviosas de una región del cerebro, el hipocampo. Descubrió que ciertas células se activaban cuando la rata estaba en una posición determinada y que, para cada posición distinta que ocupaba, se activaban otras células. El conjunto de estas células, que denominó de lugar o de posicionamiento, conformarían una especie de mapa cerebral del espacio en el que se movían.

Más recientemente, en el 2005, May-Britt Moser y Edvard Moser descubrieron otras células nerviosas en otra zona del cerebro, la llamada corteza entorrinal. Cuando una rata pasa por múltiples lugares, estas células, que llamaron de cuadrícula, crean un sistema de coordenadas, una especie de red hexagonal, que permite reconocer la posición y el camino a seguir de forma precisa. Estas células de cuadrícula, junto otras de la corteza entorrinal que reconocen la posición de la cabeza y los límites del espacio, conforman, en conexión con las células de posicionamiento, el sistema navegador de nuestro cerebro.

MEMORIA

Los científicos ya sabían que la función del hipocampo tenía que ver con la memoria, pero no qué células estaban implicadas en las diferentes tareas. El sistema de navegación del cerebro no solo es capaz de crear mapas del entorno, sino que almacena la información para utilizarla posteriormente.

Aunque las investigaciones fueron realizadas con ratas, hay también estudios que demuestran la existencia en humanos de ambos tipos de células; esto podría contribuir a comprender cómo se desarrollan algunas enfermedades neurológicas, como el alzhéimer, en la que los pacientes con frecuencia tienen alterados tanto el hipocampo como la corteza entorrinal y muestran dificultades para orientarse y reconocer el entorno.