Un planeta escarchado

Marcos Pérez

LA VOZ DE LA ESCUELA

NASA

29 oct 2014 . Actualizado a las 11:29 h.

El planeta Mercurio es uno de esos lugares en los que jamás esperaríamos encontrar agua. Está tan cerca del Sol que durante el día las temperaturas oscilan entre 110 grados en los polos y 420 en el ecuador. Los astrónomos intuían que el único lugar en el que podría haber agua sería el fondo, siempre en sombra, de algunos cráteres situados en las regiones polares. Y así parecían confirmarlo las imágenes de radar, que desde hace años muestran que algo allí refleja las ondas de radio de una forma muy parecida a como lo hace el hielo en la Tierra. Hace unos días la sonda Messenger, que orbita alrededor de Mercurio, por fin envió las primeras fotografías en luz visible del interior del cráter Kandinsky (todos llevan nombre de artista), confirmando que contiene grandes cantidades de escarcha.

Lo más sorprendente es que estas superficies heladas apenas están tapizadas por el oscuro polvo que recubre todo el planeta, lo que sugiere que la aparición de ese hielo es relativamente reciente. Los científicos investigan ahora si el agua brota del interior del planeta o si ha llegado allí procedente del espacio. En este caso la fuente podrían ser los cometas, pequeños astros que al pasar por las cercanías del Sol sufren la evaporación de parte del hielo que los forma, que queda flotando en forma de una larguísima cola.

VAPOR DE HIELO

Bajo determinadas condiciones, como las que se dan en el espacio interplanetario, el hielo puede evaporarse directamente, sin llegar a pasar por el estado líquido. Este proceso se denomina sublimación, y lo puede experimentar cualquier sustancia. Por ejemplo, algunos extintores o las máquinas de humo que se utilizan en muchos espectáculos funcionan mediante la sublimación de hielo de dióxido de carbono, también conocido como hielo seco. El proceso inverso a la sublimación es la deposición o sublimación inversa, por el cual un gas pasa directamente al estado sólido. Un caso muy frecuente de deposición es la formación de escarcha cuando el vapor de agua que hay en la atmósfera entra en contacto con una superficie muy fría, como el parabrisas de un coche aparcado en la calle una noche de invierno. Otro ejemplo de deposición son las heladas nocturnas, que en casos extremos pueden llegar a matar a las plantas menos resistentes al frío.