¡Que tengas felices sueños!

> Ana T. Jack

LA VOZ DE LA ESCUELA

Las pantallas dificultan la conciliación del sueño si se usan hasta poco antes de ir a dormir
Las pantallas dificultan la conciliación del sueño si se usan hasta poco antes de ir a dormir Laurent DUSSIMON

El cerebro necesita dormir lo suficiente para organizar y asimilar los aprendizajes

30 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«¡En mi época las cosas eran diferentes!». Esta frase tan manida es una realidad cuando hablamos de las horas que descansan los chavales de hoy en día. La tendencia es, por desgracia, a dormir cada vez menos. Los horarios intensos, tanto de padres como de hijos, junto al gran poder de atracción que ejercen las pantallas en sus diferentes formas (televisiones, smartphones, ordenadores, tabletas y consolas), nos van obligando a ir robándole minutos (y hasta horas) al sueño.

Según un estudio realizado por la Asociación Española de Pediatría, los chavales de 11 años de la actualidad duermen 30 minutos menos que los de esa misma edad en los años 80. Esta misma investigación revela que un tercio de los menores padecen problemas del sueño que afectan a su desarrollo y un porcentaje similar (el 29 %) tienen dificultades para mantenerse despiertos en clase. Según los autores del estudio, una de las causas de esta situación es el alto porcentaje de escolares que no tiene fijado un horario para irse a la cama por la noche: el 66 % de los chavales de entre 12 y 15 años deciden por sí mismos cuándo es el momento oportuno para irse a dormir. El segundo factor responsable sería el uso de dispositivos electrónicos hasta el mismo momento de cerrar los ojos para descansar. Nuevas investigaciones, como la realizada recientemente por el Hospital Universitario Araba, de Vitoria, confirman esta tesis. Según explican sus autores, «los dispositivos tecnológicos generan una luz azul que estimula el cerebro al acceder a una parte del mismo que regula las alertas, por lo que es la misma activación que cuando se recibe un susto». Este mecanismo, inhibidor de la melatonina, sería el responsable de un empeoramiento en la calidad del sueño.

Las consecuencias negativas a nivel de desarrollo físico, psicológico y emocional de niños y adolescentes son muchas. En concreto, la falta de sueño en los menores puede provocar los siguientes síntomas:

  • Cansancio, malestar físico y embotamiento.
  • Mal humor e irritabilidad.
  • Aumento de problemas de conducta.
  • Obesidad y otras enfermedades físicas.
  • Falta de concentración y dificultad para mantener la atención.
  • Disminución del rendimiento intelectual, en especial a la hora de enfrentarse a la resolución de problemas, de retener datos y de comprender las explicaciones.
  • Bloqueos ante los exámenes («me quedé en blanco, no sé qué me pasó»).
  • Aumento de la ansiedad y el estrés.
  • Lentitud en la agudeza intelectual y en la ejecución de la respuesta.
  • Desmotivación hacia las tareas escolares.
  • Aumento de problemas psicológicos (depresión, trastornos del ánimo, dificultades en las relaciones sociales…).

En definitiva, dormir es crucial para la salud. Tanto como comer. Tengámoslo muy presente.

 El placer de un buen descanso 

 Si quieres aumentar la calidad de sueño de toda la familia:

 1 Asegúrate de que entre la cena y la hora de irse a dormir pasa el tiempo suficiente para hacer la digestión.

2 Cuida que la cama, la almohada y la temperatura de la habitación de tu hijo sean adecuadas. Su lugar de descanso debe estar alejado de ruidos y luces.

3 Márcale un horario fijo para irse a la cama: todos los días el mismo, aunque se retrase un poco el fin de semana. Ni siquiera los exámenes o una mala organización con los deberes deberían afectar a la hora de acostarse.

4 Asegúrate de que duerme el número de horas suficiente para su edad. Aunque depende de cada persona, en edad escolar se suele recomendar:

  •  En educación infantil: de 10 a 12 horas.
  •  En educación primaria: de 9 a 11 horas.
  •  En la adolescencia: de 8 a 10 horas.

5 No permitas que tenga una pantalla de televisión, una videoconsola, una tableta o un ordenador en su habitación: es mejor que estén situados en lugares comunes de la casa donde podáis controlar el tiempo que se pasa delante de esas pantallas y el uso que le da.

6 A la hora de acostarse, retírale el teléfono móvil o asegúrate de que lo apaga. Son demasiadas las tentaciones que ofrece: redes sociales, chats... (Muchos padres se sorprenden de que sus hijos se conecten a Internet de madrugada: «¡Pero si a esa hora estaba en la cama!». Pues sí, pero con el móvil debajo de la almohada).

7 Anímalo a que antes de apagar la luz lea un poco. Está demostrado que mientras que las pantallas excitan y con su intensa luz provocan la vigilia, la lectura invita a un sueño reparador y plácido.

8 Da buen ejemplo. Si tú o tu pareja tenéis televisión en el dormitorio o estáis hasta el último momento conectados a móviles y tabletas, os resultará muy difícil explicar esta incoherencia…

 Escuela de padres

TEMA DEL MES: ¿Cómo se desarrolla el cerebro?

ETAPA: Infantil, primaria y secundaria.

EL DATO: Descansar es crucial para la salud. Además fija los recuerdos y prepara al cerebro para adquirir nuevos conocimientos.

COMPORTAMIENTOS QUE CONVIENE EVITAR: No permitas que tu hijo pierda horas de sueño viendo la serie de televisión, jugando con videojuegos o con las redes sociales si sobrepasa su hora razonable de irse a la cama.

ALGUNAS CLAVES: Dormir las horas necesarias es uno de los pilares de la salud mental y física de niños y adolescentes, pero no siempre se le da la importancia que tiene a nivel familiar.

PARA SABER MÁS: El documento «Todo sobre el sueño», elaborado por el Hospital Sant Joan de Dèu (Barcelona), ofrece pautas familiares sencillas de llevar a cabo para que todos eviten las consecuencias negativas derivadas de la falta de descanso. Este es el enlace: http://goo.gl/cRTKfq