Un recuerdo de la batalla de Repil en su 65 aniversario

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LOPEZ

El domingo habrá un homenaje a las víctimas del choque armado entre guerrilleros y Guardia Civil que se produjo en Monforte en 1949

17 abr 2014 . Actualizado a las 07:05 h.

El domingo se cumple el 65 aniversario de la llamada batalla de Repil, el último choque armado importante entre las guerrillas antifranquistas y la Guardia Civil que se registró en el sur lucense. Los hechos tuvieron lugar el 20 de abril de 1949 en dos casas de la parroquia monfortina de Chavaga, cerca del límite del municipio de A Pobra do Brollón. Las viviendas estaban situadas a unos ochocientos metros una de otra, en los lugares conocidos respectivamente como Repil y O Pericallo. El suceso será recordado con la colocación de una placa conmemorativa por Antonio Díaz, pariente de los antiguos propietarios de una de aquellas viviendas, que hoy está en ruinas y cubierta en gran parte por la vegetación. Díaz explica que la colocación de esta placa -que se llevará a cabo el domingo al mediodía- es una iniciativa personal suya y que su intención es solo rendir un homenaje simbólico a sus parientes. «Es un pequeño recordatorio de mi familia y las demás víctimas y de todo lo que sufrieron por entonces», señala.

La batalla de Repil se produjo cuando un destacamento formado por cerca de 150 guardias civiles llegados de Lugo y Ponferrada intentó capturar a un grupo de guerrilleros dirigido por el leonés Evaristo González Pérez -llamado Rocesvinto o Roces- que llevaba cerca de dos años utilizando estas casas como refugio. Las viviendas eran propiedad de dos familias muy relacionadas entre sí, pero sin lazos de parentesco, que simpatizaban con la resistencia antifranquista. En el duro enfrentamiento murieron el mencionado Evaristo González y otros tres guerrilleros: Gregorio Colmenero Fernández Porreto -natural de Ribas do Sil-, Guillermo Morán García Asturiano y Julián Acebo Alberca Guardiña. Durante el tiroteo fallecieron también los hermanos Ramón y María López Casanova y Luisa López Centeno, miembros de la familia propietaria de la casa de O Pericallo, en la que se encontraba el jefe del grupo guerrillero.

Los dueños de las viviendas en las que se refugiaban los maquis sufrieron además duras represalias. Antonio Díaz señala que casi todos sus parientes -su abuela, su madre y sus tíos- pasaron varios años en cárceles de Lugo, Madrid y Santander. El único que se libró fue uno de sus tíos, llamado Álvaro, quien entonces acababa de regresar del servicio militar y se había enfrentado con los guerrilleros, amenazando con expulsarlos de la casa a causa del grave peligro que estaban haciendo correr a la familia propietaria. «Parece que la Guardia Civi se enteró de ese enfrentamiento y gracias a eso mi tío no llegó a ir a la cárcel, aunque estuvo arrestado un tiempo», apunta Antonio Díaz.

Otras consecuencias

La represión también afectó a muchos otros vecinos de la comarca que fueron considerados sospechosos -con razón o sin ella- de tener vínculos con la resistencia antifranquista y padecieron detenciones y duros interrogatorios. El combate de Repil marcó el principio del fin de la lucha armada antifranquista en Galicia, que tardaría poco tiempo en desaparecer casi por completo. El suceso fue estudiado en varias obras históricas sobre este periodo. Hace algunos años, el arqueólogo Xurxo Ayán recogió en el lugar de los hechos diversos vestigios materiales del enfrentamiento.

En el 2006, por otra parte, el Ayuntamiento de Monforte instaló una placa conmemorativa relativa a estos hechos en el cementerio municipal, donde los guerrilleros muertos en el combate de Chavaga fueron sepultados en su día en una fosa común. La placa fue robada por personas desconocidas inmediatamente después de su inauguración.