Los vecinos de más edad de Sampil todavía recuerdan lo duro que resultaba el transporte de las uvas desde las viñas situadas en la zona de Pena do Macho. Pero era peor cuando se necesitaba leña y había que bajar a recogerla hasta la Devesa de Albite, subiéndola después a hombros hasta el lugar de A Regateira -a medio kilómetro de Sampil-, donde era cargada en carros para llevarla a las viviendas del pueblo.
Las uvas se transportaban en caballerías hasta el lugar de A Regateira, donde quedaban esperando los carros. Mientras tanto, las parejas de bueyes o de vacas pastando en un prado situado junto al arroyo de Albite. No eran solo los habitantes de Sampil quienes cultivaban las viñas de la zona, ya que también venían con este fin otros vecinos de localidades más apartadas de la ribera del Sil, como Amandi o Barantes.
Construcción costosa
La finca amurallada de A Regateira -según afirman en Sampil- era propiedad de un hombre conocido por don Juan. En cierta época de su vida se empeñó en rodear su propiedad con los aparatosos cierres de piedra que todavía pueden verse hoy. «Era rico e podíase permitir pagar os xornais dos obreiros, pero ao final quedou arruinado de tanto diñeiro que gastou levantando eses muros», cuenta a respecto un vecino.
Las viñas que se cultivaban en el terreno cercado, según se dice, podían producir más de treinta mil kilos de uva. El muro que cierra estos terrenos tiene tres entradas en su parte superior. Una de estas puertas daba acceso directo a una construcción de piedra de grandes dimensioines que también se encuentra abandonada y arruinada desde hace mucho tiempo.