El acusado fue enviado a prisión ayer mismo, justo después de conocer el fallo

La Voz

LEMOS

22 abr 2014 . Actualizado a las 16:05 h.

El acusado, su defensor, la Fiscalía y el abogado de los padres de la víctima conocieron el contenido de la sentencia ayer por la mañana, en una audiencia convocada en Lugo por la sección segunda de la Audiencia Provincial, el tribunal que juzgó el caso. Inmediatamente, después el procesado fue conducido a prisión.

En la vista, los jueces comunicaron a las partes el contenido de la sentencia y les preguntaron si procedía ordenar el encarcelamiento del acusado o era mejor mantenerlo en libertad a la espera de saber si su abogado presenta un recurso que impediría declarar firme la condena. Las dos acusaciones se pronunciaron por el ingreso inmediato en prisión. De nada sirvió que la defensa recordase que su cliente había respetado en todo momento las medidas cautelares de control judicial que le fueron impuestas durante la instrucción del caso. El tribunal decidió enviarlo a prisión en el acto.

Actuaba como un exmarido

El acusado no tiene ningún parentesco con la víctima. Era su padrino porque tenía una buena amistad con sus padres, que decidieron romper con él después de reparar en que la relación que mantenía con la pequeña adquiría tintes enfermizos. Actuaba como si fuese «un exmarido del que [la niña] se hubiese separado», explicó gráficamente la madre durante el juicio. Se inmiscuía en su educación, les pedía explicaciones por lo que la niña hacía o dejaba de hacer, y llegaba a echarles en cara llorando que no la llevaban a su casa.

Dependiente de ella

El acusado siempre negó haber abusado de la niña. Sostiene que nunca la manoseó con intenciones sexuales -solo reconoció haberle dado crema una vez, pero «porque tenía mal la piel- y califica como «inocentes» las fotos que le sacó desnuda. Eso sí, admitió sentirse sentimentalmente dependiente de la pequeña. En el Juzgado reconoció que no quería a la niña como se quiere a una ahijada, ni siquiera como se quiere a una hija. Y admitió también que le gustaba tener todo tipo de conversaciones con ellas, también sobre cuestiones íntimas, que en ocasiones le daba besos en los labios, pero solo «picos» como los que le podían dar sus padres.