El cauce del Cabe no solo es un hogar para los peces

CARLOS RUEDA / FRANCISCO ALBO MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CARLOS RUEDA

La zona afectada por los últimos vertidos alberga una notable biodiversidad

25 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuando se producen vertidos contaminantes en los ríos, el efecto más visible es el que sufre la fauna piscícola. Fue lo que sucedió el pasado 22 de mayo en el cauce del Cabe, cuando se registró un vertido de cloro cuyos orígenes aún no están esclarecidos y que provocó una importante mortandad de ciprínidos y truchas. Menos conocido es el impacto que pueden tener estas agresiones ambientales sobre el conjunto de la fauna fluvial de la zona, que forma parte de los espacios protegidos de la Red Natura 2000. El río y sus márgenes acogen una notable diversidad faunística, muy importante para la conservación del ecosistema, que seguramente se ve también perjudicada en mayor o menor por los vertidos contaminantes.

Una muestra de la biodiversidad de la zona está reflejada en las imágenes situadas junto a estas líneas, que fueron tomadas en tiempos recientes en torno al tramo de río que discurre por la parroquia monfortina de Ribas Altas, donde se registró el último vertido.

El entorno del río alberga por una parte una importante población de reptiles. Entre ellos se encuentra la culebra viperina (Natrix viperinus), una excelente nadadora capaz de sumergirse y permanecer bajo el agua por un largo periodo de tiempo. En la zona también está presente el lución común (Anguis fragilis), un animal que con frecuencia s confunde con una pequeña serpiente, pero que en realidad es un lagarto que carece de patas. Su hábitat son las zonas húmedas y con abundante vegetación. Se alimenta principalmente de babosas y lombrices.

En las partes rocosas de las márgenes del río vive el lagarto ocelado (Lacerta lepida), cuya dieta comprende insectos e invertebrados y pequeños mamíferos y reptiles. Otro reptil que puede verse en la zona es la lagartija gallega (Podarcis bocagei). El ejemplar de la imagen es un macho que presenta una llamativa coloración, debido posiblemente a que estaba en celo. Esta especie es muy sensible al cualquier alteración de su hábitat.

Especies de anfibios

El Cabe también es el hogar de numerosos anfibios, unos animales que acusan especialmente las alteraciones ambientales y la contaminación de las aguas. Entre ellos se cuentan diversas especies de anuros, como la rana verde (Pelophylax perezi), la rana ibérica o patilarga (Rana iberica) y la pequeña rana de San Antonio (Hyla arborea). También tienen aquí su hábitat algunos urodelos como la salamandra común (Salamandra salamandra) y el menos conocido tritón jaspeado (Triturus marmoratus).

A ello se añade la presencia de importantes colonias de anátidas -patos, cisnes y gansos- que se se alimentan de pequeños peces y de materia vegetal sumergida en el cauce del río. El área natural protegida del Cabe también es el hábitat de algunas especies particularmente raras de insectos, como la libélula Macromia splendens, que solo se puede encontrar en determinadas zonas fluviales de la Península Ibérica y el sur de Francia. Otras dos especies muy poco comunes de libélula, la Gomphus graslinii y la Oxygastra curtisii, están igualmente presentes en este territorio.