El Ayuntamiento planteaba la solicitud de ampliación del Área de Rehabilitación Integral como un primer paso para convertir en zona ARI «a totalidade do conxunto histórico de Monforte, unha vez aprobado o Plan Especial de Protección». Respecto a este último documento, cuya elaboración se paralizó el pasado año debido a un cambio en el calendario de financiación acordado con la Xunta, el gobierno municipal se comprometió a desbloquear su redacción a lo largo del presente ejercicio. Parece difícil, en todo caso, que pueda ser aprobado con carácter definitivo antes del 2016.
Frente al vecino municipio de Sober, que obtuvo de la Xunta la declaración de zona ARI para la totalidad de su territorio, Monforte tiene actualmente una superficie muy limitada del casco histórico acogida a esa línea de ayudas a la rehabilitación. Supone, concretamente, en torno a un 14% del total, según las estimaciones municipales.
Exigencias sin incentivos
«No casco histórico se lle esixe aos propietarios unha serie de materiais. Está moi ben que se faga así, pero é algo pode chegar a desanimar a moita xente se non hai tamén algún tipo de estímulo económico», apunta un técnico. Esta circunstancia explicaría, según su criterio, el escaso número de rehabilitaciones que se llevan a cabo en zonas como el barrio de Carude o el entorno del Campo de San Antonio.