Estudiantes de arquitectura proponen que la iglesia o de Cruz do Incio sea BIC

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

La iglesia fue construida entre 1961 y 1963 por el arquitecto José Luis Fernández del Amo.
La iglesia fue construida entre 1961 y 1963 por el arquitecto José Luis Fernández del Amo. alberto lópez< / span>

En la escuela técnica coruñesa preparan un informe para apoyar la iniciativa

26 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace alrededor de un mes, la Real Academia Galega de Belas Artes incluyó la iglesia de Cruz do Incio en una lista de trece obras de arquitectura moderna de Galicia para las que pidió la declaración de bien de interés cultural (BIC). Un equipo de estudiantes de quinto año de carrera de la Escola Superior Técnica de Arquitectura de A Coruña tiene previsto proponer esta misma medida a la Xunta, para lo que están preparando un informe que pueda servir como base para incoar esta declaración. En caso de que se lleve a cabo esta iniciativa, este sería el primer edificio contemporáneo del sur lucense al que se le conceda la categoría de BIC.

El trabajo es realizado por Diego Mata, Antía Mosquera y Aitor Almaraz, quienes esperan presentar una primera entrega a la Xunta entre este mes y el próximo. El informe completo será presentado en agosto y, según explica Mata, hará especial hincapié en dos valores de esta construcción, diseñada por el arquitecto José Luis Fernández del Amo en 1959 y construida entre 1961 y 1963. «Por un lado, creemos que es especialmente importante señalar el uso de una escala pequeña y el interés por los detalles y por otro, el tratamiento para introducir la luz en el interior del edificio», apunta.

Los autores del informe destacan también la calidad del trabajo realizado por los artistas que colaboraron con Fernández del Amo en la construcción del templo: José Luis Sánchez Fernández, -quien realizó el altar, el sagrario y el conjunto escultórico que preside la cabecera de la nave- y José Luis Gómez Paredes, autor de las vidrieras. «Nos impresionaron las esculturas, que recuerdan las obras de artistas contemporáneos como Giacometti, y la manera en que las vidrieras filtran la luz, dándole unas tonalidades azules», señala Diego Mata. El trabajo de los alumnos de la escuela coruñesa de arquitectura, por otra parte, concede un gran valor la integración de todos los elementos arquitectónicos y ornamentales del templo -incluyendo el mobiliario-, «que está concebido como una obra unitaria», según apunta.

Racionalismo, innovación y profunda fe religiosa

El arquitecto madrileño José Luis Fernández del Amo Moreno, nacido en 1914 y fallecido en 1995, está considerado como una de las figuras más destacadas de la arquitectura contemporánea española. Es autor de una obra muy extensa y variada que comprende numerosos poblados de colonización -en Madrid, Alicante, Extremadura, Murcia, Castilla y León, Castilla La Mancha y Andalucía-, edificios de viviendas, colegios, conservatorios, museos, residencias de mayores y guarderías.

Aunque Fernández del Amo desarrolló gran parte de su trabajo dentro del Instituto Nacional de Colonización franquista, fue capaz de apartarse de la estética historicista e «imperial» predominante en aquella época y de retomar el innovador estilo racionalista anterior a la Guerra Civil, combinando las corrientes europeas con las tradiciones locales. Mostró también un gran interés por las actividades artísticas y además de promover el célebre grupo de pintores y escultores El Paso, fue el primer director del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, predecesor del actual Museo Reina Sofía.

Prestigio internacional

Los trabajos de este arquitecto recibieron diferentes reconocimientos internacionales. En 1958 se le otorgó una mención de honor en el congreso de la Unión Internacional de Arquitectos de Moscú -un premio que no pudo ir a recoger- por un poblado de colonización que construyó en Vegaviana, en la provincia de Cáceres. En 1961, un jurado presidido por el gran arquitecto brasileño Oscar Niemeyer le otorgó la medalla de oro en la bienal de planificación de concentraciones urbanas de São Paulo.

La arquitectura religiosa ocupó un lugar muy especial en la obra de Fernández del Amo, quien profesó una profunda fe muy poco acorde con la corriente nacionalcatólica de la posguerra y próxima a las planteamientos de pensadores como Miguel de Unamuno y Romano Guardini. Un trabajo de Esteban Fernández-Cobián, profesor de la escuela de arquitectura coruñesa, señala que todos los edificios religiosos que proyectó «participan de una cierta domesticidad, de una escala pequeña y muy humana, que presuponía una manera de vivir la religión absolutamente novedosa en España».

En Galicia, Fernández del Amo construyó, además de la iglesia de Cruz do Incio, las de Santa Mariña -en Chantada-, San Antonio de Padua -en Lugo- y Santa María, en el municipio coruñés de Baio. Según declaró él mismo, el templo de O Incio fue el que lo dejó más satisfecho de este conjunto, en parte debido a que pudo dirigir en su totalidad las obras de construcción.

Elementos que distorsionan el aspecto original del edificio

El informe que se pretende que sirva de fundamento para la declaración de la iglesia de O Incio como bien de interés cultural señalará los diferentes defectos y desperfectos que sus autores han localizado y que consideran necesario corrigir para devolverle un aspecto lo más parecido posible al de su estado. «El templo presenta en general un buen estado de conservación, aunque le afecta bastante la humedad, y también está algo distorsionado por la presencia de cableados y otros elementos que no se han integrado bien», indica Mata. A esto se añade que el reloj que está instalado actualmente en el campanario es diferente del original.

Por otro lado, los autores del trabajo recomiendan que el templo contemporáneo de Cruz do Incio sea promocionado de forma conjunta con la iglesia románica de San Pedro Fiz de Hospital, a dos kilómetros de la capital municial. «Son dos iglesias destacadas de dos épocas históricas muy diferentes y muy integradas en su entorno, por lo que es especialmente interesante el contraste que supone visitar una después de otra», comentan.