El número de casas que amenazan ruina aumenta en el casco histórico

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

No se apercibe a los titulares salvo que el deterioro afecte a la calzada

02 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La pasada semana se iniciaron las obras de rehabilitación del antiguo Liceo del Malecón, uno de los muchos edificios históricos de Monforte en estado semirruinoso. Su recuperación, sin embargo, es una pequeña gota en el mar de abandono en que se encuentran buena parte de las construcciones del casco histórico. Muchas presentan serios problemas estructurales, pero el Ayuntamiento solo actúa cuando el riesgo de desprendimientos afecta a la vía pública. En el resto de los casos, propietarios y afectados deben entenderse. Y no siempre es fácil.

Maribel Vázquez Pedreda lo vive en primera persona desde el año 2007, cuando advirtió del mal estado de varias edificaciones próximas a la vivienda en la que reside, una construcción de interés arquitectónico de la calle Comercio que rehabilitó su familia. El problema que planteaba una chimenea en mal estado de una casa colindante, deshabitada desde hace mucho, fue resuelto después de que los dueños del inmueble decidiesen desmontarla. No sucedió lo mismo con las otras edificaciones motivo de controversia, situadas en los números 7 y 9 de Armando Cotarelo.

Un informe técnico encargado por Maribel Vázquez en el 2011 pone de manifiesto que el patio situado en la parte posterior de su vivienda está amenazado por el «peligro evidente» que supone el deterioro de las construcciones colindantes de esa calle. Alude, concretamente, a la existencia de un alero «en avanzado estado de podredumbre», que por su estado plantea «un serio riesgo de caída sobre el patio». Algunas partes de ese alero y del revocado de la fachada ya se vinieron abajo.

Ninguna competencia

Los intentos de buscar una solución a través de los dueños de esos inmuebles abandonados no dieron resultado. Tampoco las notificaciones que se dirigieron al Ayuntamiento, que solo actúa en caso de que el deterioro afecte a la vía pública. Los servicios municipales de urbanismo remitieron a los afectados a la oficina de rehabilitación. «Allí nos dijeron que su cometido es colaborar en la tramitación de las ayudas y que no tienen competencias para actuar en estos casos», dice Maribel Vázquez.

En la oficina de rehabilitación tienen constancia de varios casos en los que existe serio riesgo de derrumbes, pero insisten en que la solución pasa por el Ayuntamiento. «Hay mecanismos para forzar a actuar a los propietarios. Ellos son los primeros interesados en tomar medidas. Si pasa algo malo por el abandono de una casa, les va a salir mucho más caro que cualquier obra de afianzamiento», señala un técnico de ese servicio.

Los riesgos derivados del abandono de las viviendas de la calle Armando Cotarelo motivaron una denuncia en la comisaría de policía y una reclamación por vía judicial. Esta última fue archivada debido a la ausencia de pruebas sobre la existencia de una infracción penal.

Los dueños de una vivienda de la calle Comercio reclaman medidas desde el 2007

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Viviendas en estado de abandono en el casco histórico

El último estudio de la oficina de rehabilitación concluye que la mitad presentan riesgo de desprendimientos

La oficina de rehabilitación seguirá a mitad de presupuesto

Desde la vivienda de Maribel Vázquez en la calle Comercio se percibe el alarmante deterioro de algunas las fachadas traseras del tramo de la calle Cardenal más próximo a la plaza de España. Cerca de allí, en Abelardo Baanante, hay varias edificaciones abandonadas con graves deficiencias constructivas. Pese a la amplitud del problema, el recorte presupuestario se mantendrá en el futuro para los servicios de rehabilitación.

El recorte del presupuesto de esa oficina fue el precio que puso en su día la oposición municipal para permitir que se aprobase el plan de ajuste. Más de dos años después, sigue pagando los platos rotos. Pese a que el contrato actual finaliza en octubre, el gobierno saliente puso en marcha el concurso para su renovación antes de las últimas elecciones. El presupuesto anual seguirá siendo de 56.000 euros, la mitad del que venía siendo habitual.

El nuevo alcalde asume la seriedad del problema que plantea el deterioro del parque de viviendas del casco histórico, al que espera hacer frente con el desbloqueo del plan de protección, paralizado a raíz de la polémica del PXOM. No será, en todo caso, antes del verano. «O primeiro é ver o que está feito e tamén a situación das anualidades do Concello e a Xunta para o seu financiamento», explica Tomé.