La vía chica al Alvia en el trayecto entre Lugo y Monforte

x. carreira lugo / la voz

LEMOS

Las velocidades no son competitivas en la mayor parte del recorrido

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Alvia se achica en Lugo. Circula solo a medio gas. El estado de la línea no permite alegrías y la ilusión que llega a algunos pasajeros, cuando el tren parece que quiere embalarse, se esfuma rápidamente. En el trayecto a Monforte únicamente llega en un tramo a los 150 kilómetros por hora, pero es como un suspiro.

No consigue mantener esa velocidad ni tan siquiera dos minutos. El híbrido de la serie 730 tiene fuerza para mucho más, pero tendrá que esperar muchos kilómetros, demasiados, para darlo casi todo. No ocurrirá hasta la llegada a Olmedo. A partir de la llanura vallisoletana el marcador electrónico señala los 250.

Pero para llegar a Olmedo, el Alvia las pasa canutas dando vueltas y vueltas por curvas y más curvas. Y eso que en la línea de Lugo-Monforte van quedando, por fortuna, cada vez menos. Pero ni con esas. El tren no solo se achica en la subida de Oural. Hay más tramos en los que va a paso de diligencia.

a subida a Oural se le atraganta al tren. Ochenta y cinco kilómetros por hora y poco más, aunque cuando pasa por delante de la cementera ya el marcador refleja los 89, pero aún le quedan tramos en los que circulará más despacio. Por ejemplo, circula por Rubián por debajo de los 80 y se prepara para llegar al tramo estrella de la línea.

El convoy entra a 143 por hora en Bóveda y empieza a subir la velocidad. Superado el núcleo de Áspera, llega a los 150 minutos. Pero es algo menos de dos minuto, porque cuando se divisa Ribas Altas, a la entrada de Monforte, va reduciendo para cerrar la primera etapa del viaje. Entre Lugo y Monforte ganó al autobús.