El dueño de la granja de Axulfe envía a sacrificar a las vacas supervivientes

Carlos Cortés
carlos cortés CHANTADA / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

Una asociación de defensa de los animales se ofrece a hacerse cargo de las reses

22 abr 2016 . Actualizado a las 10:37 h.

Las veinticuatro vacas supervivientes de la granja de Axulfe serán sacrificadas en el matadero, si una resolución judicial de última hora no lo impide. El propietario de esta explotación ganadera, en la que el Seprona encontró restos de al menos 39 reses en diferente grado de descomposición, quiere deshacerse de los animales que le quedaban y la Consellería de Medio Rural le ha proporcionado la documentación necesaria para ello. Y eso a pesar de que una asociación animalista se había ofrecido para hacerse cargo de todas las vacas de forma desinteresada.

Las veinticuatro vacas fueron trasladadas ayer por la mañana desde Axulfe a tres mataderos distintos, en Monforte, Ribadavia y la provincia de A Coruña. Fuentes de la Consellería de Medio Rural confirmaron ayer que la decisión de enviarlas a sacrificar la adoptó el propietario de la granja, porque a pesar de la denuncia y de la investigación judicial el propietario de la explotación y sus animales sigue siendo él. La consellería fue informada, pero se limitó a constatar mediante sus técnicos que las reses se encuentran en un estado tan malo que «pode que fosen irrecuperables para a produción de leite». Tras comprobar este extremo, la consellería facilitó el traslado mediante la entrega de todos los permisos necesarios para este tipo de procedimientos.

Espera en los mataderos

Ayer por la tarde, los animales todavía no habían sido sacrificados, al menos en el caso de enviados al matadero de Monforte. Pero los responsables de estas instalaciones no habían recibido ninguna contraorden, así que probablemente las sacrifiquen hoy mismo. Representantes de tres granjas gestionadas por entidades de defensa de los animales hacían gestiones ayer por la tarde a la desesperada para tratar de impedirlo.

El miércoles habían entregado un escrito en la Consellería de Medio Rural en el que se ofrecían para hacerse cargo de las veinticuatro vacas de forma desinteresada. Ayer hicieron lo mismo en el juzgado de Chantada, dentro de un escrito en el que piden personarse como acusación particular en las diligencias abiertas sobre este caso. En este escrito, pedían a la jueza que decomisase las vacas y se las entregase a ellos. Se ofrecían a costear de su bolsillo tanto el traslado de los animales como de su mantenimiento y recuperación.

La denuncia

El Seprona anunciaba este martes el hallazgo de al menos 39 cadáveres de vacas de diferentes edades en una granja de la aldea de Axulfe perteneciente a la parroquia chantadina de San Pedro de Viana. Otras 24 seguían vivas, pero con síntomas de desnutrición y heridas debidas aparentemente a la desatención

El sospechoso

El propietario de la explotación es un ganadero con problemas de movilidad desde que hace un año sufrió un accidente

Colectivos animalistas quieren sumar un delito más a la acusación contra el ganadero

Los agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que inspeccionaron la granja consideran que hay indicios de un delito de maltrato animal en la gestión de esta explotación ganadera. El miércoles, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, pedía esperar a que la investigación dé más pasos para averiguar por qué estas instalaciones estaban «en situación de abandono». Villanueva añadió que si se consolidan las sospechas de maltrato animal, la Guardia Civil entregará el atestado a la jueza para que esta sea quien decida.

En cualquier caso, la jueza de Chantada tiene ya en su poder desde ayer una denuncia formal contra el ganadero, presentada por representantes de las tres granjas gestionadas por asociaciones en defensa de los animales que se quieren hacer cargo de estas vacas. Los autores de esta denuncia consideran que el propietario de la explotación de Axulfe no solo incurrió en maltrato animal. Les parece que también hay indicios para acusarlo de un delito contra el medio ambiente, por haber dejado que los animales que iban muriendo en su granja se pudriesen allí mismo, lo que podía haber provocado un problema de salud pública. En esta línea, piden que un técnico en medio ambiente evalúe el impacto ecológico que tuvo la permanencia de todos estos cadáveres descompuestos en la granja.