Galicia conserva 23 de las 121 vides minoritarias que quedan en España

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

roi fernández

Una investigación concluye que es la comunidad con mayor diversidad vitícola

16 jun 2016 . Actualizado a las 22:48 h.

A pesar de la existencia de numerosas sinonimias, España es uno de los países con mayor diversidad genética en el viñedo. A comienzos del siglo XX, el ingeniero agrónomo Nicolas García de los Salmones citaba más de 2.000 variedades en sus estudios sobre la vid. Investigaciones más recientes concluyen que en toda la geografía española se cultivan más de doscientos tipos de uva de vinificación, entre variedades de cultivo tradicional e importadas. De las 121 que merecen la catalogación de «minoritarias», 23 están situadas en Galicia.

Esta es una de las conclusiones de un trabajo en el que han participado veinticinco centros de investigación de toda España, entre los que figura la Estación de Viticultura e Enoloxía de Galicia (Evega). El estudio está pendiente de publicación por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, pero sus conclusiones han trascendido en foros especializados. Evega tiene previsto presentarlo mañana en el Centro Cultural Marcos Valcárcel de Ourense, durante una jornada técnica con el lema de «Retos e oportunidades para o mundo do viño».

La guía de variedades minoritarias será presentada por Alfonso Losada, jefe del área de enología de Evega, y Ernesto Franco, del Centro de Transferencia Agroalimentaria de Aragón. En esta última comunidad han sido censadas cinco de las 121 variedades minoritarias que recoge el trabajo. Detrás de Galicia -en cabeza en diversidad vitícola- está Navarra, con 27 viníferas que merecen esa consideración. En Cataluña se cultivan dieciocho, y trece -respectivamente- en Asturias, Castilla y León y Madrid.

El concepto «minoritario» engloba desde variedades tradicionales que han experimentado un importante proceso de recuperación en los últimos años a otras de las que queda una superficie muy reducida. En Galicia, por ejemplo, aparecen catalogadas variedades tan escasas como raposo, pedral, corbillón o castañal. La publicación en la que ha colaborado Evega describe la morfología de las vides y ofrece también información sobre sus características enológicas.

Más de la mitad del viñedo gallego está plantado con las variedades albariño y mencía

La diversidad vitícola es una cosa y la disposición de las bodegas por sacarle algún partido otra muy distinta. Pese al creciente interés por los vinos de castas minoritarias, solo nueve de las más de doscientas censadas acaparan el 80% del viñedo español. Airén y tempranillo, por ejemplo, suman más del 40% de la superficie dedicada al cultivo de la vid. A una escala menor, la situación en Galicia es bastante similar. Sobre un total de 9.000 hectáreas, la variedad albariño ocupa 4.000. Si se le añade la superficie destinada a la mencía, y teniendo en cuenta la expansión de godello y treixadura, parece claro que las minorías lo tienen complicado también en las viñas.

Tomando como referencia la última vendimia, la producción de merenzao en Ribeira Sacra todavía supone en torno al 0,45% del total. El brancellao, para muchos una de las variedades con más futuro de esta denominación de origen, supone un 0,67% de la vendimia. Son porcentajes muy elevados, paradójicamente, si se comparan con la cantidad de ratiño que se cultiva en Rías Baixas, o con la carabuñeira o la silveiriña que queda en O Ribeiro. La guía de variedades minoritarias hace hincapié, no obstante, en el valor añadido que pueden suponer en un futuro.