Las colectores llevan años sin limpiar en las zonas inundadas

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

roi fernández

El alcalde defiende el correcto funcionamiento de la red de alcantarillado

24 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La pregunta de cuándo se limpiaron por última vez los sumideros recibe una respuesta idéntica en la plaza de España, la Compañía, el barrio de O Morín o las calles del entorno del hospital comarcal. Nadie recuerda haber visto tal cosa, incluso desde hace varios años, en los puntos de Monforte que se vieron más afectados por la tromba de agua del pasado miércoles. El alcalde, sin embargo, desvincula las inundaciones que causó la tormenta de la falta de mantenimiento en la red

de alcantarillado.

El problema, según Tomé, es que los colectores difícilmente podían dar abasto ante semejante avalancha de auga. «Foron dúas trombas, con moi pouco tempo entre unha e outra. Choveu con tal intensidade que algunhas rúas convertéronse en pequenos ríos. A pesar de que funcionou ben, a rede de alcantarillado non deu tragado toda a auga que caía», sostiene el alcalde.

También en el consistorio

Ni siquiera la casa consistorial se libró de los efectos de la última tormenta, que causó algunos daños en negocios de la Compañía y la plaza de España. El estacionamiento situado en los sótanos del edificio, reservado para el personal municipal, sufrió una pequeña inundación debido a que las bombas de achique se vieron desbordadas por la acumulación de agua.

Las mediciones en las estaciones meteorológicas de la Xunta y en alguna de titularidad particular avalan en parte la versión del alcalde. Los datos varían, según la ubicación de las mediciones, pero en el momento de mayor intensidad de la tormenta, en torno a las ocho y media de la tarde, cayeron entre 32 y 36 litros por metros cuadrado. Tan evidente como la intensidad de las precipitaciones es el descuido de la red de sumideros en puntos de la ciudad donde las inundaciones son más que previsibles en estos casos. En la plaza de España, donde se acumula el agua procedente de Santo Domingo y la zona de la plaza de Abastos, fueron unos viandantes los que desatascaron el colector de entrada a la calle Cardenal, que por un momento se había convertido en un verdadero río.

La acumulación de suciedad se aprecia a simple vista en los sumideros que atraviesan de lado a lado la plaza de España. En este caso, resulta imposible manipular las rejillas en caso de emergencia porque están soldadas. El Ayuntamiento recurrió a esta medida debido continuo paso de vehículos por una zona que en teoría es peatonal.

La última revisión de cierto alcance en los sumideros se realizó en diez calles en el 2014

La limpieza de los colectores, recogida en el contrato de agua y saneamiento como uno de los cometidos de la adjudicataria, suele convertirse en noticia en Monforte. Sobre todo porque el camión que desplaza Aqualia desde Vigo para realizar estos trabajos rara vez hace acto de presencia por estas latitudes. La última, que se sepa, fue a comienzos del pasado mes de enero. Las tuberías tuvieron que desatascarse por el colapso que estaba a punto de sufrir el alcantarillado en la calle Huertas y el consiguiente riesgo de nuevas sanciones de la confederación por vertidos al Cabe.

El contrato suscrito con Aqualia hace ahora quince años incluye entre las obligaciones de la empresa la limpieza regular de los sumideros. Fuera de actuaciones puntuales, la última revisión de alcance en la red de alcantarillado se produjo en el año 2014. Entonces se procedió a limpiar a presión los colectores en las calles Rof Codina, Juan Ramón Jiménez, San Pedro, Corredoira, Reboredo, Benito Vicetto, Arousa, Chantada, Morín y Malecón.

Maceteros flotando

Los mayores problemas por la última tormenta se registraron en la entrada de la Compañía, donde el embolsamiento desplazó maceteros de gran tamaño en las terrazas de un local de hostelería. El agua entró en bares y negocios a la altura del Parque dos Condes sin que llegasen a producirse daños en los aparatos electrodomésticos. En la plaza de España, personas desconocidas aprovecharon la tromba de agua para robar la máquina de venta de golosinas instalada en el exterior de una tienda.