La compra de la isla de Vilanova se cierra sin necesidad de expropiarla

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

roi fernández

El Ayuntamiento pagará 7.296 euros por la parte que estaba pendiente de acuerdo

22 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No será necesario llegar a la ocupación de la parte de la isla de Vilanova que seguía en manos de la familia Sierra. El expediente de exposición forzosa que se sometió a información pública en junio del pasado año quedará finalmente sin efecto. El alcalde, José Tomé, llegó a un acuerdo con la propietaria de la mitad del terreno, Dolores Sierra Mosquera, representada por su hijo José Luis Saco Sierra. Salvo imprevisto, la compra se cerrará por un importe de 7.296 euros. Solo falta que la operación reciba el visto bueno de la corporación municipal en el pleno que tendrá lugar el próximo lunes.

La mitad restante de la isla, cuya superficie total es de unos 9.500 metros cuadrados, había sido cedida al Ayuntamiento por la otra heredera, Maruja Sierra Mosquera, de forma desinteresada. La entrega se apalabró en el 2007 y quedaría formalizada siete años después. Al acceder a la alcaldía Tomé se encontró con un expediente municipal en marcha para proceder a la ocupación de los 4.750 metros restantes, debido a la falta de acuerdo con sus propietarios.

«Os acordos son sempre o mellor para todos, empezando porque permiten chagar a unha solución más rápida», dice el alcalde. La hoja de ruta municipal para la isla de Vilanova, una vez obtenida la totalidad del terreno, pasa por la puesta en marcha de una «zona de lecer» que en principio estará acondicionada para el próximo verano. «Agardo que non haxa problemas no pleno. Unha vez que a compra estea escriturada e inscrita no rexistro, estaremos en condicións de empezar a traballar», apunta

Error de tasación

El expediente de expropiación forzosa de los terrenos tasaba los terrenos en 3.648 euros, según el gobierno municipal debido a un error en la valoración que se hizo entonces de la superficie. Los 7.296 euros que se pagarán finalmente, siempre que el pleno autorice la operación, son exactamente el doble de esa cantidad. «Considero que se trata dun acordo moi positivo posto que imos conseguir satisfacer unha vella aspiración dos veciños de Monforte», dice Tomé.

La ocupación de los terrenos estaba avalada por un informe de idoneidad elaborado por el estudio del arquitecto Xosé Lois López Otero para integrar la isla de Vilanova en una nueva fase del paseo del Cabe que enlazaría el Club Fluvial con la parroquia de Ribas Altas, aguas arriba del casco urbano de Monforte. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, Francisco Marín, dejó claro sin embargo en la inauguración del último tramo -entre Monforte y Piñeira- que durante un tiempo prudencial no habrá más fondos para este tipo de proyectos.

Un lugar de esparcimiento al lado del río, pero no una zona de baño autorizada

Los dimes y diretes sobre la creación de una zona de baños en Vilanova vienen de lejos. La corporación llegó a debatir esta cuestión en tiempos de la Segunda República, según atestigua la documentación que se conserva en el archivo municipal. Más recientemente, antes de las elecciones locales del 2015, una encuesta de Sondaxe reveló que era, junto con el Malecón y el área recreativa de Ribas Altas, uno de los lugares preferidos por los monfortinos para la ubicación de una playa fluvial. No habrá tal cosa tras la compra, debido a las exigencias en materia de seguridad de los bañistas que supondría dar ese paso.

«En Vilanova sempre se bañou a xente. Nos imos crear nesa zona un espazo de lecer para goce dos veciños. O que non podemos é poñer socorristas», señala el alcalde. El proyecto para esa zona, según avanza, prevé «limpar toda a maleza, podar as árbores e tamén dotar á zona de mobiliario urbano, con bancos e papeleiras». Estas actuaciones, añade, estarán listas «con toda seguridade» el verano próximo.

Objeciones de Sanidade

Hasta el año 2013, Ribas Altas figuró al menos teóricamente en el listado oficial de zonas de baño de la Consellería de Sanidade. Ese año fue dada de baja debido a que la calidad de las aguas no reunía los parámetros exigidos. El anterior gobierno municipal solicitó en el 2015 a la consellería que volviese a darla de alta, pero la respuesta fue negativa. Según Sanidade, ninguna zona del tramo urbano del Cabe cumple las exigencias para convertirse en playa fluvial autorizada.