«El vino fue un pilar económico de la Ribeira Sacra en la baja Edad Media»

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Un historiador natural de Pantón elaboró una tesis doctoral sobre el campesinado de este territorio en los siglos XIV y XV

03 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El próximo día 12, el historiador José Antonio López Sabatel -natural de Pantón- defenderá en la Universidad Nacional de Educación a Distancia una tesis doctoral sobre el campesinado en la Ribeira Sacra en los siglos XIV y XV, una cuestión sobre la que ya publicó varios trabajos en revistas especializadas. En la actualidad, López Sabatel reside en Londres, donde enseña español a alumnos de secundaria y bachillerato y asiste a un profesor de historia en clases de preparación para el acceso a la universidad.

-¿Qué ámbito geográfico abarca su estudio, en relación con los municipios actuales?

-La delimitación exacta de la Ribeira Sacra siempre ha sido motivo de controversia. Al carecer de los atributos identitarios propios de la comarca o tierra que le podrían haber otorgado una precisión física uniforme, fue víctima de la más completa heterogeneidad geográfica como resultado de los desiguales esfuerzos de los historiadores por concretar el espacio objeto de sus estudios. Pero mi estudio no pretende establecer categóricamente la acotación física de esta región. En mi caso, se circunscribe a las tierras de Pantón en lo relativo al hábitat aldeano, a las de la comarca de Lemos en cuanto a las rentas que pagaban los campesinos, a las zonas ribereñas del Miño y del Sil en lo concerniente a la actividad agrícola y paisaje agrario e, incluso, a buena parte del interior de Galicia cuando se trate de abordar las resistencias campesinas.

-¿Cómo estructuró la tesis?

-Se centra en dos bloques temáticos. Uno de ellos es la tierra y el otro, su transformación por el hombre en el seno de una red de relaciones socioeconómicas propias del régimen señorial de la época. En el primer bloque se da importancia al paisaje agrario y al social. En el segundo, al campesino en su doble condición de forero y vasallo.

-¿Qué relación tiene con los otros trabajos que publicó antes sobre este mismo territorio y esta época histórica?

-Mucha. En principio la idea fue precisamente fundamentar mi tesis en estos artículos y presentarla bajo la modalidad de compendio de publicaciones. Al final no pudo ser, pero no hay duda que estos trabajos han sido de gran importancia a la hora de articular el proyecto actual.

-La agricultura y la viticultura, ¿estaban solo en manos de los monasterios y señores laicos o había también pequeños propietarios independientes?

-El problema para el historiador es que de las fuentes gallegas medievales, la de más transcendencia es el foro. Los monasterios cedían por medio de estos contratos agrarios lotes de tierras al campesinado, que pasaba a ser no sólo arrendatario del propietario sino también vasallo del señor. A cambio de estas explotaciones, en su mayoría tanto cerealísticas como vitivinícolas, el receptor del foro tenía que satisfacer rentas derivadas de la propiedad y del señorío. La última finalidad de las instituciones medievales se orientó al control y administración del territorio y los hombres. Las fuentes que han sobrevivido hasta nuestros días emanan de estas instituciones y canalizan su interés hacia los vasallos y campesinos dependientes. Eso hace prácticamente imposible el análisis del campesinado como un todo, pequeños propietarios incluidos, porque los documentos de la época son muy parciales en ese aspecto.

-¿Qué importancia tuvo la producción de vino en la economía local de esa época y qué circulación comercial tuvo?

-Una de las más significativas pervivencias desde la baja Edad Media hasta nuestros días en este territorio es la producción de vino. Este producto tuvo gran significación en la demanda de renta, pero en cambio sabemos poco o nada de su circulación en la red de mercados de la zona. Esta oscuridad en todo lo relativo a la actividad mercantil es una constante en la documentación rural del período. No obstante, la alta presencia de menciones referidas a la explotación vinícola en la documentación histórica sugiere que el vino fue uno de los principales pilares económicos de la zona.

«Los documentos hablan muy poco sobre la ganadería y nada sobre los mercados »

La documentación que usó López Sabatel para su estudio procede en su mayoría de los archivos históricos de los monasterios y de la catedral de Lugo.

-¿Por los documentos de la época es posible saber qué extensión tenían las tierras dedicadas al viñedo?

-Se puede calcular cómo eran las unidades de producción, que ocupaban entre 3.500 y quinientos metros cuadrados.

-¿Y en cuanto al aprovechamiento de los bosques?

-En la documentación solo aparece el baldío cuando se transforma en tierra de cultivo, especialmente en viñedo, así que el desconocimiento del uso y extensión de la masa forestal en su conjunto es significativo. La mayor extensión registrada de un fragmento de monte convertido en viñedo es de algo más de trece kilómetros cuadrados. Y habría que diferenciar el castaño del roble según su presencia en los contratos forales. El primero, especialmente en los dominios del monasterio de Pombeiro, era un cultivo equiparable en relevancia al cereal y la vid.

-¿Qué peso tenían la ganadería y otras actividades económicas?

-La documentación se centra sólo en las actividades agrícolas. Sorprende el poco peso documental del ganado, que sólo se constata a veces en la forma de renta en especie. Esto seguramente se debe a que los monasterios gestionaban directamente la explotación de la cabaña ganadera por medio de una red de granjas. La presencia del ganado es marginal y sólo sucede cuando la explotación de una granja se cede en foro de manera indivisible. La documentación tampoco habla de la participación del campesinado en el mercado local o la industria doméstica.