El poder de atracción del castro hundido

Carlos Cortés
carlos cortés CHANTADA / LA VOZ

LEMOS

Decenas de visitantes aprovecharon el fin de semana para pisar Castro Candaz

25 ene 2017 . Actualizado a las 18:46 h.

Castro Candaz se ha hecho popular. Decenas de personas aprovecharon este fin de semana la que puede ser la última oportunidad de entrar caminando en este promontorio lleno de historia que habitualmente permanece oculto bajo las aguas del Miño. El embalse de Belesar sigue en niveles muy bajos, pero en cualquier momento las lluvias pueden hacer que suba de nuevo.

Las viejas muras de piedra de los bancales de Castro Candaz quedaron a la vista hace ya semanas, pero al bajar del 25% de su capacidad (ayer estaba al 24,6%), quedó accesible también el estrecho paso que permite llegar andando hasta ese lugar. La llegada de visitantes fue continua todo el fin de semana.

El lugar de Castro Candaz es una pequeña península situada en territorio chantadino, pero muy cerca del límite con el municipio de Taboada, que quedó sumergida hace más de cincuenta años por el embalse de Belesar. Desde entonces, solo queda a la vista en los meses de más estiaje y pocas veces el nivel llega a bajar tanto como para que se pueda pasar andando. Fu un poblado en la época castreña, una fortaleza en la Edad Media y posteriormente quedó cubierto de viñedos en bancales.

Para llegar a este paraje se puede tomar la carretera N-540 (Ourense-Lugo) y tomar un desvío hacia el sur a la altura del pueblo de Paracostoira. El río y el castro están a algo menos de tres kilómetros.