Un camino por el que circularon toneladas de castañas

carlos rueda / francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

La ruta del souto de O Ferradal, en Quiroga, unía la aldea de Xestoso con numerosos sequeiros

16 ene 2017 . Actualizado a las 22:50 h.

En el lugar conocido por O Ferradal se encuentra el mayor bosque de castaños de los alrededores del pueblo de Xestoso, en el municipio de Quiroga, que se extiende hasta las orillas del Lor. La importancia del cultivo de la castaña hizo que en esta zona se construyesen numerosos sequeiros. Para llegar al souto hay que seguir el llamado Camiño do Ferradal, que ofrece un notable valor paisajístico y etnográfico.

Para acceder a esta ruta tradicional hay que salir de Xestoso por la carretera que lleva a O Courel. En el kilómetro 3,350 arranca a la izquierda el ancho Camiño do Ferradal, de que se puede recorrer un tramo de unos 1,3 kilómetros a través del souto. Los primeros sequeiros se encuentran a 1,1 kilómetros del desvío. A la izquierda y por encima del camino está el de O Repolo. Luego viene el de Barroso, acondicionado recientemente como vivienda. Enfrente de este último y al lado del alvar -o alvariza- de Dositeo se halla el de Martiño. Continuando por el camino, a una treintena de metros y la izquierda, está el sequeiro de O Prin y después el de O Vitorio, recientemente restaurado.

A un centenar de metros está el arroyo de Os Muíños. Cerca del cauce y por encima del camino hay otros cuatro sequeiros en ruinas. Finalmente, tras cruzar el arroyo por un rústico puente de madera, está el sequeiro de O Ferreiro, también rehabilitado como vivienda.

Hasta quince a la vez

Un vecino de Xestoso, Magno Pardo, recuerda que en tiempos había noches en las que se secaban castañas hasta en quince sequeiros al mismo tiempo. «Todas as noites eran unha festa, xa que en cada sequeiro xuntábanse catro ou cinco persoas e sempre se preparaba algunha esmorga», dice. Casi todos los vecinos tenían su propio sequeiro, aunque alguno algunas familias poseían dos o tres. «Pero tamén había quen non tiñan ningún e debían subir las castañas ata a aldea para secalas na caniceira da lareira», añade el vecino.

En esa época, dice por otro lado Magno Pardo, se recogían grandes cantidades de castañas y había que llenar un sequeiro dos veces para secarlas todas. «Cando estaban a secar na caniceira do sequeiro, o montón chegaba a sesenta centímetros de altura», recuerda. Una vez secas y pisadas, había que llevarlas a hombros o en burros hasta un punto al que podían llegar los carros, que debían ser arrastrados por dos parejas de bueyes para remontar las empinadas cuestas. Algunos llegaban a cargar unos 1.500 kilos de una vez.

Caída en desuso

Otro vecino de Xestoso, José Hervera, apunta que los sequeiros se utilizaron hasta hace unos diez años. Cuando aún estaban en pleno uso y era el tiempo de la recogida y el secado, los vecinos iban a los sequeiros después de cenar, hacia la medianoche. Para alumbrarse por los estrechos y peligrosos senderos no había linternas. «Levabamos unhas fachas de palla de centeo que medían tres ou catro metros», dice el vecino. «Pasabamos toda a noite secando castañas e despois había que pisalas e abandoxalas e cando terminabamos xa era de día», agrega.

De la misma zona procedía también la mayor parte de la madera y la leña que se usaban en el pueblo, que era llevada trabajosamente por el Camiño da Fonte. A menudo los vecinos transportaban vigas de castaño de hasta catorce metros. Las más grandes eran cargadas en carros que llevaban uncida una pareja de bueyes por delante y otra por detrás, para sujetarlos cuando iban cuesta abajo. Alguna vez el eje del carro se quemó debido al enorme peso de la carga.

La mayor parte de estas vigas procedían de los lugares de O Ferradal, A Fraga y Rebedouto. Pero también se sacaban de las zonas conocidas como O Romeu, A Lastra y O Petouco, situadas por debajo del pueblo. Estas últimas eran llevadas a Xestoso a hombros por grupos formados por catorce o dieciséis hombres.

DESDE MONFORTE

Hay que salir por la carretera LU-933 en dirección a Quiroga. En el kilómetro 24,5 aparece un desvío señalizado hacia el Alto de Aldriz, Vilar de Lor y Xestoso. Esta última localidad se encuentra a nueve kilómetros del desvío