El director del museo ferroviario ofrece a la Xunta su dimisión

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

«Si encuentran a alguien que lo haga mejor, adelante», reta Luis Blanco

21 mar 2017 . Actualizado a las 22:38 h.

La polémica sobre la grabación de una película con la locomotora Mikado depositada en Monforte está tensando al máximo la relación entre Luis Blanco, el máximo responsable del museo del ferrocarril, y la Xunta. Blanco aseguró ayer que ha puesto su cargo a disposición de la Consellería de Infraestruturas. El director del museo sostiene que la cesión de vehículos para un rodaje cinematográfico o para cualquier otro fin es poco menos que imposible. «Si encuentran a alguien que lo haga mejor, adelante», afirma.

La productora interesada por utilizar el material del museo ferroviario monfortino es Vaca Films y la película en cuestión es la segunda del director monfortino Dani de la Torre. Luis Blanco no quiere aparecer como el responsable de ponerle trabas al rodaje. Si hay dificultades para sacar la locomotora fuera del recinto del museo es, asegura, por el recorte presupuestario aplicado en su momento por la Xunta, que los obligó a recortar en personal.

«Incapaz» de resolverlo

El director del museo asegura que lleva tres meses intentando resolver el problema, sin lograrlo. «En el último escrito que le envié a la conselleira la semana pasada -explica- les dije que me veía incapaz de resolver este asunto y puse el cargo a su disposición». Los vehículos fuera de servicio, como la Mikado y el resto del material móvil expuesto en Monforte, tienen que pasar una revisión técnica para que Renfe los autorice a circular. El museo monfortino disponía en tiempos del personal y la homologación precisos para hacer estas puestas a punto, pero ahora ya no.

Este tipo de revisiones tampoco son posibles en los talleres de Renfe -operados por Integria, la división de ingeniería de la empresa-, así que hay que recurrir a instalaciones gestionadas por asociaciones de amigos del ferrocarril o similares. Y las únicas de España habilitadas para trabajos de esta clase están en Lérida. Al traslado de la máquina a esa ciudad catalana habría que sumarle que, debido al tiempo que ha permanecido parada, la revisión que tiene que superar es la que los técnicos denominan de tipo R, la más minuciosa de todas.

No hablaron de dinero

De manera que sacar del museo una locomotora como esta requiere superar un proceso técnicamente complejo y probablemente caro. ¿Pero es imposible? La opinión personal de Luis Blanco es que se trata de algo «técnicamente inviable». Sobre lo que costaría ya no es tan tajante. Con el presupuesto ordinario del museo sería imposible, pero la consellería está dispuesta a colaborar con dinero. Hay que suponer que la productora también da por hecho que no le saldría gratis, pero el director del museo reconoce que no ha llegado a hablar de dinero con ellos. «Nunca pregunté -dice-, ni tampoco ellos me dijeron cuánto podrían pagar».

La presidencia que pasó del alcalde al conselleiro para «abrir puertas»

Luis Blanco lleva dieciséis años al frente del museo del ferrocarril de Monforte y esta no es la primera vez que su gestión se ve envuelta en polémica. «Se o seu criterio é que o presidente da fundación ten que manexar cartos, busque un narcotraficante ou un vendedor de armas». Esa frase se la espetó Severino Rodríguez a Blanco en el 2004, solo tres años después de la apertura del museo. El entonces alcalde de Monforte estaba indignado porque solo unos meses después de que el Partido Popular perdiese la alcaldía de Monforte Blanco había decidido cambiar los estatutos del patronato que dirige el museo para que el presidente fuese el conselleiro de Política Territorial de la Xunta, en vez del alcalde de Monforte.

Así que el puesto recayó en el conselleiro de entonces, que era Alberto Núñez Feijoo. Diez años después, Luis Blanco reconocería su error: «Nunca quisimos hacer política, creímos que era una forma de abrir puertas. La realidad es que hace tiempo que nos dejaron de lado». Era abril del 2015 y los integrantes del patronato llevaban ocho años sin mantener una reunión. Blanco y Severino Rodríguez habían olvidado las afrentas de unos años antes y se habían aliado para reclamar a la Xunta que desbloquease el patronato. Veían al museo en riesgo de cierre inminente. Han pasado dos años. El museo sigue abierto, pero su patronato todavía no se ha reunido.