Adorando a Satanás en Semana Santa

Julia Fernández López TRIBUNA PÚBLICA

LEMOS

r. f.

20 abr 2017 . Actualizado a las 11:03 h.

Cada una de las ciudades y municipios de España celebra la Semana Santa con ritos y tradiciones propios. Pensemos en la Madrugá de Sevilla, en el Sermón de las Siete Palabras de Valladolid y en todas las devociones locales de nuestra geografía. Todas ellas tienen sus particularidades pero cuentan con un denominador común, el recuerdo de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Sin embargo, entre los más de 8.000 municipios españoles existe uno que destaca más que ninguno por su forma de celebrar esas fechas: Monforte de Lemos.

Monforte, que podría sobresalir por el enorme patrimonio histórico y cultural que posee, ha elegido el camino de la ofensa y del mal gusto. Quizás muchos desconozcan este dato, pero se trata del único municipio español (una se atrevería a decir del mundo) que celebra el Sábado Santo con un aquelarre en honor del Padre de la Mentira.

Con el dinero de todos los monfortinos, el anterior alcalde y la indolencia culpable del presente han decidido entronizar al Diablo en la principal plaza de la ciudad y rendirle culto con reverencias, música y ofrendas. Todo ello entre calderos burbujeantes, humo, tambores y hasta una procesión presidida por el mismísimo Satanás. Alguna persona bienintencionada dirá que festejar un aquelarre el día en que Jesús está en el sepulcro es una mera coincidencia desafortunada. Hemos de recordar que el año tiene 52 sábados. No se trata de una coincidencia, sino de un ataque deliberado a las creencias religiosas de miles de monfortinos. Y por extensión a las de todos los cristianos, que en esos momentos recuerdan la muerte de Cristo, la cual, por otro lado, representa el triunfo momentáneo del Diablo (por si alguien seguía pensando en coincidencias).

Además de una ofensa y una burla a las creencias de muchos, este aquelarre representa un perjuicio serio para dos grupos de personas.

En primer lugar, para la industria turística monfortina. El aquelarre tiene lugar durante la feria medieval que celebra la localidad. No obstante, al celebrarse aquel en Sábado Santo convierte esta feria en una excusa para el mismo. De este modo se solapan la Semana Santa y la Feria Medieval. ¿Se imagina usted que la Feria de Abril se celebrase en Semana Santa? Los beneficios que la industria turística obtiene en dos festividades distintas se reducirían notablemente si ambas se concentrasen en una sola fecha. Exactamente eso es lo que han decidido nuestros últimos dos alcaldes, con ofensa religiosa de por medio.

En segundo lugar, representa un perjuicio para los monfortinos, en especial los niños. Una está convencida de que Monforte no es una ciudad de satanistas y no obstante con el dinero de cada uno de los vecinos se paga este «inofensivo» aquelarre. Por otra parte, los niños que asisten al mismo, la mayoría con rostro de espanto, reciben un ejemplo terrible. Poco a poco se educa a estos pequeños en lo que Hannah Arendt denominó la «banalidad del mal», y con ellos se confirma al resto de participantes en una total indiferencia ante aquello que es bueno y aquello que es malo.

Nuestros antepasados griegos decían que el hombre es un animal político. Nuestros últimos dos alcaldes estiman que el hombre no es un animal político, sino gregario, que no se da cuenta de cuándo se toman malas decisiones. Ofender gratuitamente a los cristianos es una mala decisión. Financiar el mal gusto con el dinero de todos es una mala decisión. Perjudicar a nuestro turismo es una mala decisión. Arrebatarle la inocencia a nuestros niños es una mala decisión.

El aquelarre tiene la culpa. Nuestro alcalde debería escuchar a sus vecinos en vez de irse de cañas con Lucifer.