Una flor con mensaje

Walter de Witt

LEMOS

24 may 2017 . Actualizado a las 17:11 h.

Tengo un bulbo de Amarilis que en primavera primero sale una puntita de un capullo dentro del cual están las flores, siempre cuatro, de color rojo sangre de toro. Después salen las hojas, casi siempre cinco. Así desde hace años.

Hace tres años el color de sus flores cambió ligeramente, se quedaron con manchitas color rosa blancuzco. A la planta no le gustó y se tiró al suelo, machacando la flor. Las hojas quedaron bien y siguieron su ciclo normal: en otoño se pusieron mustias y al final se quedaron secas y se cayeron.

El año siguiente solamente dio hojas, cinco como siempre, que se quedaron vivas hasta la primavera siguiente, cuando empezaron a marchitarse. Fue entonces, en el 80 aniversario del encarcelamiento de Víctor Martínez cuando empezó a salir la flor mensajera: subió un subió hasta 86 centímetros, más el capullo de 12 centímetros. «Este tío sube al cielo», bromeamos, porque lo normal es que alcance entre 40 y 50 centímetros. Entonces, el capullo se abrió y salieron primero dos flores y después de unos días la tercera. En total, tres flores, pero ¡de color blanco inmaculado! Y el 22 de mayo, justo la fecha del sacrificio de Víctor Martínez, empezaron a marchitarse.

La flor llamó la atención: tengo solamente tres flores, tengo mucha más altura de la normal, y las flores son blancas, el color de la inocencia, y se marchitaron en la fecha de su muerte. Todo en paralelo al artículo publicado este 21 de mayo en este diario: «Ajusticiaron a un inocente».

¿Otra casualidad? Dos casualidades extraordinarias consecutivas hacen la cosa altamente significativa. Sin duda, Víctor Martínez era inocente. Fue víctima de intereses personales y políticos.

Víctor Martínez era el presidente de la agrupación monfortina de Izquierda Republicana cuando se produjo el golpe de estado militar de 1936. Fue fusilado al año siguiente