La urbanización del casco histórico se completa después de veinte años

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

La calle del Conde será acondicionada con arreglo a las directrices del plan especial

27 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las obras de urbanización de la calle del Conde, entre el cruce con la avenida de Galicia y el barrio de Os Chaos, saldrán a concurso el próximo mes. Si se cumplen las previsiones del gobierno municipal, la empresa que se haga con el contrato iniciará los trabajos en septiembre. «Polos prazos da adxudicación e tamén para evitar os trastornos que suporían en agosto», explica el alcalde, José Tomé. La inversión rondará los 171.000 euros, en su mayor parte procedentes del Plan Único de la Diputación de Lugo.

Pese a su carácter céntrico y a la existencia de edificaciones de gran singularidad, la calle del Conde quedó al margen de los planes de urbanización que se llevaron a cabo en los últimos veinte años en diferentes puntos del casco histórico. «Sempre foi unha rúa un tanto esquecida, non se recorda unha obra nela en moitas décadas», apunta Tomé, que ayer dio a conocer los pormenores de la actuación que se va a llevar a cabo. Una reforma que, según precisa, «require unha especial sensibilidade e coidado nos materias empregados e na súa disposición».

El deterioro del pavimento y la presencia de edificaciones singulares no son las únicas razones que mueven al Ayuntamiento a actuar en esa calle del casco histórico. La peligrosidad del tráfico derivada de su estrechez y de la ausencia de aceras es otro de los aspectos que se valoraron en la elaboración del proyecto. «Os estacionamentos incrementan a perigrosidade e na parte máis próxima á rúa da Estrela incluso dificultan a entrada dos veciños ás súas vivendas», dice Tomé.

El actual firme de hormigón de la calle del Conde, muy antiguo y salpicado de remiendos por la reparación de averías en diversas conducciones, será sustituido por un pavimento pulido de tres metros de anchura, con la salvedad del tramo de la plazuela -en la confluencia con Roberto Baamonde y Otero Pedrayo-, donde será de losas de granito gris. Entre esa zona y la avenida de Galicia, se acondicionarán aceras de granito color rosa Porriño en ambos lados, con una diferencia de rasante de tres centímetros respecto a la calzada.

Entre la plazuela y el barrio de Os Chaos, las limitaciones de espacio solo permitirán dotar de acera a la margen izquierda en el sentido del tráfico. El tratamiento será el mismo que en el otro tramo de la calle y se instalarán bolardos para evitar los estacionamientos de vehículos.

Una «vocación peatonal» que por ahora no se podrá llevar a la práctica

Las obras de urbanización que permitieron poner en valor en los últimos años el conjunto histórico de Monforte se iniciaron en 1995 con la reforma del tramo peatonal de la calle Cardenal. Fue una decisión muy contestada, pero hoy pocos concebirían esa zona del casco antiguo abierta al tráfico. El paso de vehículos quedaría restringido con posterioridad a Doctor Teijeiro y la calle Comercio coincidiendo con la renovación del pavimento. El alcalde admite que la calle del Conde tiene una clara vocación peatonal, pero cree que en estos momentos «non se dan as condicións» para llevar a la práctica una modificación de esas características.

Para poder peatonalizar la calle del Conde, precisa Tomé, «sería necesario que houbese outra vía alternativa paralela a Roberto Baamonde, que é algo que non sucede na actualidade». La solución sería enlazar mediante un nuevo vial las calles Germán Vázquez y Lois Pereiro, pero habría que empezar por darle cuerpo en el plan de urbanismo. Y a estas alturas ni siquiera se sabe cuando será posible retomar su redacción, paralizada después de varios intentos fallidos de aprobación.

Conductores más atentos

El proyecto de urbanización de la calle del Conde prevé un tratamiento diferenciado para la calzada destinada al tráfico y los espacios reservados para los peatones, de acuerdo con las directrices de la propuesta del plan especial. La anchura del pavimento por el que podrán circular los vehículos se reduce a tres metros, detalla el alcalde, «para que se manteña unha especial atención na condución».