La torre de la central de Meirama ya no se verá desde el monte Faro

Roi Fernández / Francisco Albo CHANTADA / LA VOZ

CHANTADA

Desde esta cima de Chantada se avistaba la construcción recién demolida, a pesar de estar situada a 65 kilómetros

23 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La demolición controlada de la torre de refrigeración de la central térmica de Meirama, llevada a cabo el pasado miércoles, ha cambiado el paisaje que se divisa desde el monte Faro, en Chantada, si bien percibir esa transformación no resultará muy fácil. Aunque es un hecho poco conocido, la gran estructura —de 126 metros de altura— podía verse en ciertas ocasiones desde lo alto del monte chantadino.

La distancia en línea recta entre la cumbre del monte y la central térmica —en el municipio coruñés de Cercedaes de unos 65 kilómetros. Para divisar la torre de Meirama debían cumplirse ciertas condiciones. Una de ellas, que el aire estuviese excepcionalmente claro, ya que la presencia de nubes, neblinas, calimas o polen no permitiría distinguir la construcción. Otra condición consistía en localizar un punto de observación adecuado, ya que en una gran parte del monte la vista queda tapada por las plantaciones de pinos.

Junto al santuario

Un lugar especialmente apropiado para el avistamiento se encuentra junto al conocido santuario de Nosa Señora do Faro, a una altura de 1.155 metros sobre el nivel del mar. Situándose a la derecha de la puerta de la ermita y volviendo la espalda al muro, hay que mirar en dirección al noroeste. En este preciso punto fueron obtenidas la fotografías que acompañan estas líneas, que se tomó con un teleobjetivo de 150 milímetros. Pero si visibilidad era buena, la torre de Meirama se podía distinguir a simple vista. En esas condiciones también se puede avistar el casco urbano de Arzúa.

El avistamiento de la torre de la central de Meirama es una prueba más de la amplia visibilidad de que goza el monte Faro, que fue puesta de manifiesto en un estudio realizado por el arqueólogo César Parcero Oubiña, del Instituto de Ciencias del Patrimonio, que depende del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En este trabajo, que se dio a conocer en el 2019, se demostró que el monte Faro —de una altura de 1.188 metros— es el punto más visible de todo el territorio gallego. Parcero puntualizó que el cálculo se efectuó desde una perspectiva teórica y basándose solo en la topografía del territorio, sin tener en cuenta elementos que pueden interferir en la visión, como los edificios o las masas de vegetación. La situación geográfica del monte, no solo su altura, explica este elevado grado de visibilidad.