La Iglesia veta los oficios religiosos en los tanatorios de Monforte

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

roi fernández

El cura de la parroquia en la que están los velatorios se niega a aceptarlos, y el obispado afirma que depende de él

27 feb 2017 . Actualizado a las 07:46 h.

El único tanatorio con capilla de la comarca de Monforte no puede utilizarla. Hace aproximadamente cinco años que los responsables del Tanatorio Monforte no pueden organizar ningún tipo de ceremonia religiosa en sus instalaciones. Los curas que antes se prestaban a oficiarlos sin poner ningún problema, dejaron de hacerlo. En el obispado confirman que se trata de una decisión del cura de la parroquia a la que pertenece el tanatorio. «Es una decisión que le corresponde tomar a cada párroco», explican en el obispado de Lugo.

Los tres tanatorios que hay en Monforte están en las cercanías del cementerio municipal. Eso facilita el traslado para el entierro, pero obliga a familiares y amigos del difunto a desplazarse a otros barrios del casco urbano para oficiar el funeral. «Cando abrimos -explica Paz Fernández, la propietaria del establecimiento-, decidimos reservar un espazo do tanatorio como capela para ofrecerlle aos clientes a posibilidade de oficiar algunha cerimonia antes do enterro sen necesidade de desprazarse á igrexa parroquial que lles corresponda».

El tanatorio lleva diecinueve años abierto y en los primeros tiempos los clientes que lo pedían podían tener allí sus ceremonias religiosas. Pero hace cinco años que los curas se niegan a desplazarse al tanatorio. No es ningún boicot organizado. Simplemente, los sacerdotes respetan la decisión del cura de San Antonio, la parroquia en cuyo territorio se encuentran los tres tanatorios de Monforte.

Los clientes preguntan

A los responsables de la funeraria que gestiona el tanatorio les sorprendió este veto. «Hai xente que cando lle digo que non poden ter unha misa no tanatorio antes do enterro -dice Paz Fernández- pregunta por que aquí non e en Lugo e noutros sitios si».

Porque, efectivamente, hay muchos lugares en los que los tanatorios con instalaciones apropiadas organizan misas sin más traba que la disponibilidad de los sacerdotes. En Lugo se hace, por ejemplo. En el obispado admiten que existe esta dualidad. Portavoces de la diócesis explican que el criterio general es que las exequias fúnebres se celebren en las iglesias, pero que en última instancia la decisión corresponde al responsable de cada parroquia. Y el de San Antonio parece haber decidido que en su parroquia el único lugar correcto para ese tipo de cosas es la iglesia.

Una medida de la disparidad de criterio de la Iglesia frente a la idoneidad o no de celebrar oficios funerarios fuera de las iglesias la dio la polémica provocada en Sevilla hace dos años por la decisión del obispo de prohibir misas de exequias en los tanatorios. Hasta ese momento era una práctica habitual, pero desde entonces solo se pueden celebrar en la parroquia del difunto.

En el caso de Monforte, los propietarios del único tanatorio con capilla empiezan a ver una consecuencia inesperada de este veto parroquial. «Cada vez hai máis xente que opta por organizar cerimonias civís con música e prescindir da misa», asegura Paz Fernández.