Sin el menor rastro de los romanos en el castro de Arxeriz

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

O SAVIÑAO

ROI FERNÁNDEZ

El yacimiento de O Saviñao será abierto de nuevo al público esta semana, una vez terminadas las últimas excavaciones

03 oct 2016 . Actualizado a las 22:27 h.

A finales de esta semana se prevé abrir de nuevo a las visitas turísticas el castro de Arxeriz -en el municipio de O Saviñao-, donde ahora se están consolidando los restos de construcciones que fueron puestos al descubierto durante la cuarta campaña de excavaciones arqueológicas realizada en este asentamiento, que finalizó en los pasados días. Lo que es seguro que no van a poder ver los visitantes es algún rastro de romanización. Ni en esta campaña -iniciada el 22 de agosto- ni en las precedentes se ha podido documentar el menor indicio de la presencia cultural romana.

José Antonio Quiroga, director del Ecomuseo de Arxeriz, señala que no está totalmente descartado que en el castro aparezca algún vestigio de origen romano. Pero tras esta última campaña, los arqueólogos que realizan las excavaciones siguen manejando la hipótesis de que el asentamiento quedó abandonado antes de la romanización de Galicia por algún motivo que no es fácil de esclarecer. Hasta ahora no se encontró ninguno de los testigos habituales que denotan la influencia romana en los asentamientos castreños, como la cerámica denominada terra sigillata -tierra sellada- o las tégulas, es decir, tejas de barro cocido.

Esta circunstancia confiere al yacimiento un carácter muy singular y un especial interés arqueológico, ya que en Galicia son muy escasos los castros sin huellas de ocupaciones de la época romana. Las estructuras constructivas que se desenterraron en las cuatro campañas realizadas hasta el momento, apunta por otra parte Quiroga, sugieren la existencia de dos poblaciones superpuestas que pertenecen a diferentes períodos, en ambos casos anteriores a la anexión del noroeste ibérico al Imperio Romano.

Época más antigua

Los investigadores señalan que la ocupación más antigua del castro puede datar de entre los siglos V y IV antes de la era cristiana. A esta etapa corresponderían algunas construcciones hechas con troncos, cuyo rastro consiste en huecos cavados sobre la tierra en los que con toda probabilidad se hincaron postes. Algunos restos de hogares domésticos que se descubrieron en el yacimiento pueden pertenecer también a esa primera época. Otras estructuras más recientes datarían de entre los siglos II y I antes de Cristo.

En la campaña arqueológica que acaba de terminar, al igual que en las anteriores, no se encontraron rastros de incendios o de un abandono precipitado que puedan hacer pensar que los habitantes del castro huyeron en algún momento a causa de un ataque o que fueron dispersados por una invasión. De acuerdo con los datos disponibles hasta ahora, apunta el director del Ecomuseo de Arxeriz, hay que suponer que la población fue abandonada por otros motivos, para los que aún no hay una explicación definitiva.

Los arqueólogos que trabajan en el proyecto suponen que los habitantes del castro pudieron abandonarlo durante la conquista romana al ser intimados para ello por los invasores, pero sin que se llegase a producir ningún ataque contra el asentamiento. Los hallazgos que se registren en futuras excavaciones podrían proporcionar alguna clave para entender por qué el castro quedó deshabitado de manera definitiva sin que volviese a ser ocupado en la época romana, como parece que sucedió.

El lugar puede visitarse de miércoles a domingo y cuenta con ruta de senderismo

El castro de Arxeriz se distingue de otros yacimientos arqueológicos por el hecho de que los visitantes pueden comprobar con sus propios ojos el avance que experimentan las excavaciones de año en año. La Fundación Xosé Soto de Fión, propietaria del ecomuseo y de los terrenos en los que se halla en antiguo poblado, ha ofrecido esta posibilidad desde que comenzaron los trabajos arqueológicos, en el 2013. Las construcciones que se ponen al descubierto en cada campaña son consolidadas y sus características son explicadas mediante paneles didácticos.

Con respecto al año pasado, el lugar ha experimentado importantes cambios. Además de que se han desenterrado más construcciones antiguas, también se desbrozó por completo la croa del castro, que estuvo durante mucho tiempo cubierta de vegetación. De esta forma es mucho más fácil observar el aspecto general de la estructura y apreciar sus grandes dimensiones.

El asentamiento se puede visitar coincidiendo con el horario de apertura del museo. Hasta el 2 de noviembre, abre de miércoles a domingo, de 11 a 14 horas por las mañanas y de 17 a 20 por las tardes. A las 11, 12.30, 17 y 18.30 se ofrecen visitas guiadas. A partir de esa fecha y hasta el 30 de marzo, el museo puede visitarse también de miércoles a domingo, pero solo en horario de mañana.

Los responsables del museo, por otra parte, habilitaron una ruta de paseo de 2,9 kilómetros en torno al castro. El itinerario permite observar el yacimiento arqueológico y el espectacular paisaje del entorno, con amplias vistas sobre el valle del Miño. Arxeriz está a 3,6 kilómetros de Escairón, la capital del municipio, por la carretera que lleva a la parroquia de A Cova y a Ferreira de Pantón.

Almacenes, graneros y viviendas construidas sobre terrazas en las zonas más inclinadas

En la campaña arqueológica que acaba de terminar, según explica José Antonio Quiroga, se pusieron a la luz los restos completos de cuatro construcciones y fueron parcialmente excavadas otras dos. Entre ellas hay tres que parecen haber servido de almacenes y dos que supuestamente se utilizaron como graneros, como otras edificaciones que se desenterraron con anterioridad en el castro. Otro edificio puede consistir en una vivienda. También fue puesta al descubierto una parte de una muralla defensiva en la croa o recinto central del asentamiento.

Un aspecto que quedó de manifiesto en esta campaña es que las construcciones situadas en la parte más empinada de la croa se levantaron sobre aterrazamientos. «Ademais que se descubriron novas estruturas, estas escavacións teñen moito interese porque nos indican con grande claridade por onde deberemos seguir traballando na campaña do ano que vén», agrega el director del museo.

Objetos domésticos

Durante las excavaciones, por otra parte, se han podido recuperar fragmentos de cerámica castreña del tipo conocido como miñoto, de color negro y con poca decoración. También se desenterraron varias fíbulas, o sea, prendedores de ropa fabricados en bronce. En anteriores campañas ya se habían recogido varias piezas de este tipo, de una notable calidad. En los trabajos de este año y los anteriores se lograron reunir además numerosos utensilios domésticos, como molinos de mano y fusayolas, un instrumento usado para tejer.