Belesar y Bexán, dos joyas del Miño sin enlazar separadas por solo 500 metros

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

O SAVIÑAO

Subida desde Belesar a Bexán, interrumpida escasa distancia de esa aldea abandonada
Subida desde Belesar a Bexán, interrumpida escasa distancia de esa aldea abandonada ALBERTO LÓPEZ

Cerca de la aldea que está siendo restaurada acaba la pista que iba a enlazarlas

11 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Por la singularidad de su entorno, sus vistas y su arquitectura tradicional, Bexán y Belesar tienen todas las papeletas para estar en lo alto de un top 10 de los rincones más atractivos del curso del Miño en la Ribeira Sacra. Un sinuoso sendero de poco más de un kilómetro de largo, cuyo trazado coincide con una antigua calzada romana, comunica estos pueblos entre los viñedos en bancales de la margen izquierda del embalse de Os Peares, del lado del municipio de O Saviñao. En línea recta, la distancia no llega a 500 metros. La rehabilitación de edificaciones con fines turísticos en Bexán, aldea que perdió hace tiempo a su último habitante, rescata del olvido un proyecto que iba a servir para comunicar ambos lugares mediante una pista.

«A Bexán hai entrada pola parte alta, pola estrada de Diomondi. Sería moi importante poder acceder tamén por abaixo, dende Belesar, sen ter que dar tanta volta», sugiere José Mouriño. Jefe del servicio de Control de Calidade e Industrias de la Xunta en Lugo hasta su jubilación, promueve ahora la restauración de varias casas y bodegas abandonadas en Bexán para convertirlas en alojamientos.

El puente que atraviesa el Miño en Belesar divide a este pueblo a todos los efectos. En la margen derecha del Miño, del lado de Chantada, los vecinos votan en ese municipio y pertenecen a la jurisdicción eclesiástica de la parroquia chantadina de San Bartolomeu. Los residentes en la margen izquierda, por el contrario, votan y pertenecen a la parroquia de Diomondi, localidad situada en O Saviñao a tiro de piedra de Bexán. Pese a los cuatrocientos metros que les separan de esa aldea, los vecinos de esa parte de Belesar deben dar un largo rodeo por la carretera de Monforte a Chantada para desplazarse a Diomondi.

Cesión de terreno

Desde la Adega do Fortes, por encima del pueblo en Belesar, asciende una pista que da servicio a los propietarios de los viñedos de esa zona. «Debe rematar a setenta metros de Bexán», apunta Juan Carlos Varela, bodeguero de Diomondi con raíces familiares en esa aldea abandonada, que animó a Mouriño a comprar las edificaciones que ahora comenzaron a restaurarse.

Las viñas de Bexán abastecían tradicionalmente de uva a cosecheros de Belesar que comercializaban grandes cantidades de vino. Los codos romanos que ahora forman parte de la ruta de peregrinación del Camino de Invierno se utilizaban para llevar la uva a las bodegas. Varela posee viñedos en esa zona e incluso se ofreció a ceder terreno para completar el acceso que ahora permanece inacabado.

«O que hai desde a Adega do Fortes é unha pista para as viñas. Non é unha estrada, pero pásase ben. Poden quedar cen metros por asfaltar, pero non todo o mundo está polo labor de que lle collan terreo das viñas», sostiene el alcalde de O Saviñao, Carlos Armesto.

El caso de O Fuluxento

La ausencia de acceso asfaltado fue el principal obstáculo para los planes que se barajaron para rehabilitar con fines turísticos la aldea abandonada de O Fuluxento, en la ribera del Sil entre Quiroga y A Pobra do Brollón. Técnicos de la Xunta realizaron mediciones en el 2008 para construir una pista entre Augas Mestas y las viñas de Vilachá de Salvadur. La idea no llegó a concretarse, pese a que un grupo inversor apostaba por O Fuluxento para un proyecto similar al que luego cuajó en A Míllara.