Por el camino que proporcionó la cal para el puente de Rairos

cARLOS RUEDA / FRANCISCO ALBO MONFORTE / AGENCIA

QUIROGA

Una ruta tradicional de la montaña del Lor conserva recuerdos de un antigua actividad hoy olvidada

15 jun 2017 . Actualizado a las 13:16 h.

Hace más de un cuarto de siglo que se abrieron dos pistas para comunicar la localidad quiroguesa de Xestoso, en la montaña del Lor, con los lugares de A Eireliña y O Ferradal, donde se encuentran los soutos de castaños, los sequeiros y los caleiros u hornos de cal explotados tradicionalmente por los vecinos de la zona. Anteriormente solo se podía acceder a estos lugares por unos antiguos caminos que en gran parte han ido desapareciendo bajo la maleza.

Uno de estos caminos es que se conoce como A Eireliña. Para llegar a él hay que salir de Xestoso por la carretera que conduce a Castro Portela y Folgoso do Courel. En el kilómetro tres aparece a mano izquierda el camino, que se puede recorrer en un tramo de unos cuatro kilómetros, entre castaños y antiguos sequeiros abandonados. En el primer tramo se encuentran tres de estas construcciones tradicionales. Dos de ellos pertenecen a la llamada Casa do Grande -uno está rehabilitado- y el otro es propidad de la Casa de Lucas. De este solo se conservan los muros. Seguidamente el camino pasa por el lugar de Os Voladís, donde se hallan otros tres sequeiros, llamados de Manuel, Tío Pedro y Samuel. Este último quedó prácticamente cubierto de tierra cuando se abrió la pista.

Hornos ocultos

El camino entra después en una zona llamada Rebedouto, donde está el souto de O Ferragacho, en el que se encuentra otro souto. Más adelante está el lugar de A Caleira, donde había tres hornos de cal. A poca distancia se hallan los sequeiros de O Caleiro y O Louzán. Por debajo de A Caleira y ya en las proximidades del río Lor, está la zona conocida por A Fraga, donde había otro sequeiro llamado de O Barroso. Pero tanto los hornos como los sequeiros situados en esta última zona son hoy inaccesibles, ya que los senderos que llevan a ellos han desaparecido entre la vegetación.

Magno Pardo Rodríguez, un vecino de Xestoso de 88 años de edad, recuerda que antes de que se abriese la pista había que transportar a hombros o en caballerías las castañas recogidas en los soutos y preparadas en los sequeiros de A Eireliña, Os Voladís y Rebedouto. La cal se llevaba por los mismos caminos.

Sin embargo, Magno Pardo no recuerda haber visto cocer la piedra caliza en los tres hornos de A Caleira. Estuvieron activos mucho antes de su nacimiento, en el siglo XIX, cuando se construyó la línea férra entre León y Monforte. La cal que se elaboró en ellos fue utilizada como argamasa o mortero para edificar sobre el Sil el puente ferroviario de Rairos.

Trabajo de mujeres

Aunque no lo vio personalmente, Magno Pardo oyó contar a sus mayores cómo se llevaban a cabo aquellas duras tareas. «Os tres fornos eran dunha empresa e cocían día e noite ata vinte días seguidos», explica. «Un dos sequeiros que tiñamos naquela zona fixo de almacén para o cal e tiña as paredes branqueadas por dentro», añade. Según le contó su abuelo, las mujeres de Xestoso subían la cal desde los hornos hasta la aldea en pequeños sacos que cargaban sobre las cabezas. Los sacos eran llevados después en carros de bueyes hasta Rairos, pasando por el alto de Aldriz. Normalmente había entre diez y doce carros a la espera, puestos en fila. «Meu avó tiña os bois moi ben afeitos -recuerda el vecino de Xestoso- e ían e viñan eles sós sen necesidade de ir con eles».

La leña que alimentaba los hornos procedía de la zona de Rebedouto y era recogida y vendida por los vecinos de Xestoso. Al principio se pagaban por igual los haces de leña, fuesen grandes o pequeños. Pero los veciños empezaron a protestar y la empresa propietaria de los hornos puso una balanza para pesar la leña y pagarla con respecto a su peso. «A primera carga que se pesou na báscula foi un feixe de carrascos secos que deu un peso de nove arrobas, uns cen quilos», dice Magno Pardo.

 

Desde monforte

Hay que salir por la carretera LU-933 en dirección a Quiroga. En el kilómetro 24,5 aparece a la izquierda un desvío señalizado hacia el alto de Aldriz, Vilar de Lor y Xestoso. Esta última localidad se encuentra a nueve kilómetros del desvío